El menguante Hollande

por Juan F. Carmona y Choussat, 12 de septiembre de 2012

 (Publicado en La Gaceta, 10 de septiembre de 2012)

Hollande derrotó a Sarkozy. Conmoción en Europa: un socialista lograba encaramarse al poder en plena crisis. Equilibraría, y cómo, el omnímodo poder de Merkel. Resucitaría lo que Vargas Llosa llamó la ficción maligna de creer que los estados benefactores occidentales podían gastar más de lo que tenían.

 
O no. Aquello fue en mayo y Hollande ha cumplido reverdeciendo las 35 horas y… ya. Su aprobación está por los suelos. En estas un iluminado de los que habitan las editoriales – poderosas por la elogiable afición lectora de los franceses – hace una apología dizque estético-literaria del asesino de 77 personas Breivik y subraya que el problema de Francia es, claro, su “americanización”. No es todo.
 
La propuesta estelar era imponer al 75% los ingresos por encima del millón de euros. Terminada la campaña, el actor Will Smith promovía una película en París ¿Qué le parece que los ricos paguen más? Bien, solidaridad siempre ¿Qué le parece que si gana más de un millón de euros tenga que pagar el 75%? “Ah, eso es diferente ¡Qué Dios bendiga a América!”. Siguiendo esta línea el cine francés, incluida la mismísima Catherine Deneuve, se opone a la reforma. Y los futbolistas, allí todos tristes. Conclusión: el Gobierno matizará la medida.
 
Pero el síntoma definitivo de la debacle es que Bernard Arnault, hombre más rico de Francia y dueño del emporio LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) ha pedido la nacionalidad belga.
 
Había un eje franco-alemán que se ha quedado en directorio germano; una aristocracia de las letras respetable; unos negocios, acaso superficiales, pero prósperos; y había un orgullo nacional. Cuatro meses bastaron a Hollande para ultimarlo. Cinco años quedan. Entre Bailén y la Berezina. Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas, y Catherine Deneuve, tirabuzones.