El fallecimiento de un gigante

El profesor y ganador del Nobel Milton Friedman, a los 94 años de edad, fallecía a causa de un fallo cardíaco el 16 de noviembre. Mientras que el hombre ya no está, aquellos de nosotros que defendemos la libertad personal como el fin el más elevado de la sociedad siempre recordaremos su incondicional apoyo a los principios de la libertad personal.

 

Por encima de todo, el profesor Friedman era el economista entre economistas. Durante su vida personal, su investigación sobre técnicas estadísticas, comportamiento del consumidor y teoría monetaria, se convirtieron en parte por derecho propio del conocimiento aceptado hoy entre los economistas. Su investigación en materia de teoría monetaria y el papel del dinero en una economía ha proporcionado a los bancos centrales de todo el mundo el conocimiento necesario para la estabilidad monetaria, ya lo utilicen o no.

 

Ciertamente, el profesor Friedman será recordado por estas contribuciones intelectuales. Pero por lo que se le recordará más es por su incondicional apoyo a la libertad personal. En 1947, se unió a Friedrich Hayek y otros 40 académicos del libre mercado, economistas de talla internacional en su mayoría, para constituir la Mont Pelerin Society. El propósito fundamental de la Sociedad era reducir el aislamiento académico entre los académicos de orientación liberal en un momento en que el socialismo era percibido como la corriente del futuro.

 

La Mont Pelerin Society se precia ahora de tener más de 500 miembros en todo el mundo, ocho de los cuales son premios Nobel. Estoy orgulloso de ser miembro.

 

El primer gran paso de Friedman en temas de política pública, como infatigable defensor de la libertad personal, llegaba en su libro de 1962 'El Capitalismo y la Libertad'. En él, argumenta que los cupos educacionales eran las soluciones a la educación pobre; los mercados libres hacen más cara la discriminación racial; las regulaciones gubernamentales son la principal fuente de monopolios dañinos; y la Seguridad Social es un sistema injusto e insostenible. En aquella época, éstas no eran ideas populares, hasta eran vistas como herejía, pero hoy son aceptadas mucho más ampliamente.

 

En 1980, el profesor Friedman firmaba con su esposa, Rose Friedman, Libertad para elegir, que fue escrito como una continuación de su serie homónima de 10 partes en la PBS. Entre los temas discutidos: la Gran Depresión no fue un fallo del capitalismo, como se afirma con tanta frecuencia, sino un fallo del gobierno, principalmente del Congreso norteamericano y el Banco de la Reserva Federal; nuestro sistema social genera divisiones permanentes del estado; y deberíamos legalizar las drogas tratando su abuso como problema médico.

 

Friedman hizo una importante contribución intelectual a la formación de un ejército voluntario. En testimonio ante la comisión del Presidente Nixon sobre la eliminación del llamamiento a filas, el General William Westmoreland decía no querer encabezar un ejército de mercenarios. Friedman le interrumpió, 'General, ¿preferiría encabezar un ejército de esclavos?' El General Westmoreland respondió, 'No me gusta escuchar referirse a nuestros patriotas reclutas como esclavos'. Friedman contestó entonces, 'No me gusta escuchar referirse a nuestros voluntarios patriotas como mercenarios. Si son mercenarios, entonces yo, señor, soy un profesor mercenario, y usted, señor, es un general mercenario; hemos sido atendidos por médicos mercenarios, utilizamos un abogado mercenario y obtenemos carne de un carnicero mercenario'.

 

Ya se estuviera de acuerdo o no con el profesor Friedman, se le encontraba amistoso, tolerante y divertido. Mi primer encuentro con él tenía lugar a mediados de los años 60, mientras era licenciado en la UCLA y él era un conferenciante invitado. He olvidado desde entonces mi increpación durante una conferencia, pero recuerdo que pacientemente la respondió, 'Walter, realmente no quiere decir eso', y procedió a mostrarme el motivo.

 

Durante mis intervenciones de invitado colaborador en el programa de Rush Limbaugh, el profesor Friedman fue invitado en diversas ocasiones. Sus respuestas a cuestiones candentes manifestaban al verdadero profesor que había en él - la capacidad para explicar fenómenos complejos de un modo en que la gente corriente podía comprender fácilmente.

 

En términos de su producción académica y contribución mundial a las ideas en materia de libertad, el profesor Milton Friedman fue el economista más importante del siglo XX.