El eje Irán - al Qaeda

por Peter Brookes, 15 de noviembre de 2005

La amenaza más inmediata que plantea Irán para la seguridad americana no es su programa (de armamento) nuclear. Es el asilo que Teherán está concediendo a terroristas de al Qaeda que planean y dirigen la jihad por todo el mundo.
 
Si Estados Unidos y sus aliados en la Guerra contra el Terror no toman acciones firmes contra el apoyo iraní a al Qaeda, el precio en sangre y dinero atribuible a los asesinos de Osama bin Laden — en Irak y por doquier — continuará ascendiendo.
 
Sorprendentemente, se ha olvidado durante mucho que Irán se convirtió en sede de algunos de los hombres más buscados de al Qaeda tras la invasión de Afganistán en otoño del 2001. Teherán lo admitió sin tapujos, afirmando que los operativos de al Qaeda estaban bajo “arresto domiciliario” y serían juzgados.
 
Por supuesto, no ocurrió nada similar...
 
Así que los “refugiados” de al Qaeda procedentes de Egipto, Arabia Saudí, Uzbekistán, el norte de África y Europa — incluyendo al comandante militar veterano Saif al Adel, a tres de los hijos de Osama y al portavoz Saleiman Abú Ghaith — operan libremente hoy desde Irán.
 
De hecho, apenas la semana pasada, la revista mensual alemana Cicero afirmaba, citando fuentes de Inteligencia occidentales, que hasta 25 criminales de al Qaeda están residiendo en Irán bajo la protección del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC).
 
Cicero cita a un funcionario de Inteligencia occidental 'de primera línea' diciendo “Esto no es arresto domiciliario o encarcelamiento. Ellos [los miembros de al Qaeda] se desplazan como les place”. El IRGC hasta proporciona ayuda logística y entrenamiento a al Qaeda.
 
Cicero no menciona qué operaciones de al Qaeda está apoyando Irán, pero no hay duda de que Teherán está impulsando el terror en Irak, donde hay cada vez más “huellas' de ataques terroristas/ insurgentes iraníes.
 
Irán y al Qaeda han tenido contacto estrecho desde hace algún tiempo. La Comisión del 11 de Septiembre determinó que al Qaeda atravesaba libremente Irán antes del 11 de Septiembre, incluyendo al menos a ocho de los 14 secuestradores “fuertes” que capitanearon los cuatro aviones siniestrados. Después del ataque contra el USS Cole en el 2000, funcionarios iraníes contactaron con al Qaeda con el fin de proponer una sociedad para futuros ataques anti-Estados Unidos. (Osama declinó la oferta por temor a alienar a sus patrocinadores saudíes).
 
Al Qaeda también colaboró con Irán en el atentado de 1996 contra las Torres Khobar, en Arabia Saudí. E intermediarios norteamericanos sorprendieron a operativos de al Qaeda en Irán contactando con terroristas de Arabia Saudí antes de los ataques del 2003 allí.
 
Y, aunque la lógica convencional sitúa a bin Laden en alguna parte a lo largo de la frontera afgano-paquistaní, también hay rumores de que su representante, Aymán al-Zawahiri, y él están bajo la protección de Irán.
 
Por supuesto, Irán y al Qaeda no son aliados naturales. Irán es persa / chi'í, mientras que al Qaeda es árabe / sunní. Pero, por el momento, Irán y al Qaeda parecen estar mirando más allá de esto y hacia un objetivo común — el mandato islámico global y el fracaso norteamericano en Irak.
 
Lograr que Teherán entregue a Saif al Adel, el número tres de al Qaeda, sería un golpe de efecto importante. El ex coronel de las Fuerzas Especiales egipcias estuvo implicado en el ataque contra las fuerzas norteamericanas en Mogadiscio (1993) y en las embajadas norteamericanas de Kenia y Tanzania (1998). También tomó parte en el ataque contra el Cole, entrenó a los secuestradores del 11 de Septiembre, orquestó los ataques saudíes, y actúa como enlace al Qaeda-Hezboláh. Se sabe que está implicado en el apoyo a los criminales de Abú Musab al-Zarqawi en Irak.
 
Y no afrontar el eje Irán-al Qaeda podría permitir que Irán se convirtiese en el 'nuevo Afganistán' de al Qaeda -- una base desde la que los hombres de confianza de Osama pudieran recaudar fondos, reclutar / entrenar soldados de a pie nuevos y planear / dirigir ataques.
 
Los repetidos llamamientos a Irán a entregar a miembros de al Qaeda a sus países de origen han acabado en medio de ninguna parte. Es hora de impedir que Teherán se salga con la suya.
 
Las sanciones económicas multilaterales y duras contra Irán son urgentes. La economía de Irán lleva un tiempo resbalando; Teherán sentiría el dolor si Naciones Unidas — o simplemente sus principales socios comerciales, Alemania, Francia e Italia — presionaran.
 
Las agudas protestas de Teherán cuando se mencionan siquiera las sanciones — generalmente por su programa nuclear (de armamento) -- parecen indicar que estas medidas son algo que los mulás preferirían evitar.
 
No hay garantías de que las sanciones lograsen que Teherán renunciase a sus prácticas terroristas pero, a causa de que la economía de Irán está tan centralizada, el comercio proporciona a los mulás dinero adicional para provocar problemas en casa y por todo el mundo.
 
Así que mientras que un Irán armado nuclearmente es una amenaza seria — pero futura — que tiene (pocas) posibilidades de solución diplomática, la amenaza terrorista Irán-al Qaeda está muy presente, haciendo que el momento de las acciones — no de las negociaciones — sea apremiante.

 
 
 
Peter Brookes ha sido Vicesecretario Adjunto de la Secretaría de Defensa de Estados Unidos y actualmente es Analista Senior de la Fundación Heritage, columnista del New York Post y Director del Centro de Estudios Asiáticos.