El creciente escándalo de sobornos en la ONU: vínculos rusos y alcance global

por Claudia Rosett, 15 de septiembre de 2005

¿Hasta qué punto está extendida la corrupción en Naciones Unidas? El escándalo multibillonario del Petróleo por Alimentos de Irak es apenas el principio. Ahora el tema es cada vez más la escala de la corrupción en las operaciones normales de la ONU - y qué individuos y corporaciones se están embolsando los beneficios de una red de soborno y conspiración que los investigadores apenas acaban de empezar a destapar. Hasta la fecha, esas identidades son aún un misterio - pero quizá no durante mucho tiempo más.
 
El pasado viernes, la Fiscalía federal de Manhattan procesaba al gestor del propio comité de supervisión presupuestaria de la ONU, un ruso de nombre Vladimir Kuznetsov, bajo cargos de lavar centenares de miles de dólares en sobornos abonados por compañías que buscaban contratos con Naciones Unidas.
 
Kuznetsov, que se ha declarado inocente, presuntamente se quedaba un porcentaje tan abiertamente que depositaba parte de ello en el sindicato del propio personal de Naciones Unidas en Nueva York.
 
El arresto de Kuznetsov es el último giro de un escándalo que implica al departamento de procuraduría de la ONU, que fue durante mucho tiempo la tarea de Alexander Yakovlev, otro funcionario ruso de la ONU señalado recientemente por los investigadores federales norteamericanos.
 
El 8 de agosto, Yakovlev se declaraba culpable de cargos federales de corrupción, lavado de dinero y transferencia de fondos, después de que una investigación de FOX News revelase sus vínculos no autorizados con un contratista de la ONU, IHC Services, y los detalles que llevan a su cuenta bancaria secreta a ultramar. Los investigadores federales alegan ahora que desde el año 2000 en adelante, Yakovlev amasó al menos parte de su patrimonio en sociedad con Kuznetsov, transfiriéndole el dinero de los sobornos a través del Antigua Overseas Bank en las Indias Occidentales. Presuntamente, el dinero del soborno se obtenía a cambio de proporcionar información interna a las compañías que buscaban contratos con la ONU.
 
El escándalo Yakovlev-Kuznetsov se añade a una creciente lista de casos de mala conducta, desperdicio, robo y abuso en la ONU. Incluyen los sobornos bajo el Petróleo por Alimentos, los abusos sexuales de menores por parte de pacificadores de la ONU en el oeste de África, mala conducta sexual y financiera - hurto descarado incluido - en la sede de la ONU en Ginebra y vínculos comerciales entre el hijo del Secretario General Kofi Annán y una de las firmas de inspección del Petróleo por Alimentos contratada con la firma de Yakovlev, Cotecna Inspection, radicada en Suiza (Cotecna ha negado cualquier mala práctica).
 
En otro escándalo más que salió la luz la semana pasada, Naciones Unidas descubría que su contingente de pacificación ucraniano en el Líbano, oficial al mando incluido, está implicado en 'malas prácticas financieras significativas' - aunque el organismo mundial ha rechazado dar detalles de lo que se había hecho mal y de cuánto dinero había en juego.
 
En medio de todo esto, el escándalo de la procuraduría de la ONU en el cuartel general parece especialmente importante, porque el robo no está confinado a un programa único, sino que irradia del propio núcleo administrativo de Naciones Unidas. Kuznetsov ocupaba un puesto influyente en el que juzgaba cosas en línea con el presupuesto de la ONU. Yakovlev, que ocupó varias carteras en la procuraduría durante su carrera de 20 años, trataba con contratistas que operaban en lugares tan lejanos como África, Asia y Oriente Medio. Incluso logró el contrato arquitectónico para la renovación propuesta del cuartel general de la ONU en Manhattan por valor de 1,2 billones de dólares.
 
Mientras que no hay pruebas de que en todos los casos Yakovlev solicitara los sobornos, hay por ahora bastantes pruebas para iniciar una investigación en todos los contratos con los que tuvo que ver. El Secretario General Annán ha ordenado una revisión del departamento de procuraduría y ha puesto a cargo a un nuevo supervisor, pero no ha levantado el secreto detrás del que operaba Yakovlev antes. La investigación, según un portavoz de la ONU, 'está en marcha'.
 
Es bastante probable que las cantidades implicadas en este presunto delito de soborno ruso sean bastante superiores a los 'varios cientos de miles' citados hasta la fecha por los investigadores federales. El informe más reciente de la investigación del Petróleo por Alimentos de Paul Volcker desvelaba profusamente el intento fallido de Yakovlev de solicitar en 1996 un soborno relacionado con un contrato del Petróleo por Alimentos. Pero Volcker también observaba al revisarlo que Yakovlev había recibido más de 950.000 dólares en sobornos de compañías que 'sacaban colectivamente más de 79 millones de dólares en contratos con la ONU y solicitudes de adquisición'.
 
Volcker no dio detalles, presumiblemente porque el delito implica actividades de la ONU fuera del mandato del Petróleo por Alimentos. Pero los cientos de miles que según investigadores federales pasaban presuntamente de Yakovlev a Kuznetsov a través de cuentas bancarias secretas en las Indias Occidentales señalan un pastel incluso mayor que los 79 millones de dólares.
 
La corrupción de la procuraduría y el presupuesto bien puede escapar del escrutinio de Volcker, pero son asuntos centrales para el mandato de Annán.
 
Este escándalo alcanza casi todo lo que se supone que el Secretario General controla. Abarca los contratos de procuraduría, los de bienes y servicios que comprenden desde el cappuccino hasta los clips de los documentos del cuartel general de la ONU, los servicios de transporte aéreo y de racionamiento de comida para las tropas de pacificación en todo el mundo, en los que la ONU gasta cada año billones proporcionados por los estados miembros - de los que el contribuyente norteamericano aporta la mayor parte.
 
Así que, ¿qué contratistas pagaron los sobornos de seis ceros mencionados por la fiscalía federal y por Volcker? ¿Y qué sacaban a cambio? En casi todos los casos, Naciones Unidas mantiene en secreto la mayor parte de los detalles de sus contratos, incluyendo qué funcionarios de procuraduría manejaban los detalles específicos. La organización internacional aún rehúsa dar a conocer los nombres de todas las firmas con las que trataba Yakovlev.
 
Los investigadores federales norteamericanos, que claramente no han terminado su labor, sólo han levantado el telón algo más.
 
Hasta la fecha, las autoridades norteamericanas han citado 4 'firmas extranjeras' sin identificar en conexión con el caso Yakovlev-Kuznetsov, y proporcionado solamente una somera descripción de sus actividades. Una firma es descrita en el sumario federal como implicada en el 'transporte aéreo de suministros de Naciones Unidas a países extranjeros'. Dos más son descritas en la declaración de culpabilidad de Yakovlev como firmas que ayudan a obtener contratos adicionales de la ONU - compañías conocidas en la jerga de la ONU como 'intermediarios de venta' - lo que implica con fuerza aún más compañías.
 
En un informe del 20 de junio, FOX News descubría vínculos personales próximos entre Yakovlev y uno de los 'intermediarios de venta'. Esa información llevó a su dimisión de Naciones Unidas y a su arresto posterior. La firma identificada por FOX News es IHC Services, una compañía con oficinas en Nueva York y Milán, Italia, que suministraba en 1999 casi 2 millones de dólares en equipos de generación portátiles a los pacificadores de la ONU, y que según su CEO, Ezio Testa, ha ayudado a un amplio abanico de suministradores a obtener contratos con la ONU.
Un informe publicado el mes pasado por la investigación autorizada de Paul Volcker acerca del Petróleo por Alimentos proporciona pistas claras acerca de la identidad de otro contratista de la ONU que trataba intensivamente con Yakovlev, aunque no hay nada en el informe que sugiera algún acto inapropiado en los acuerdos con el contratista.
 
El informe incluye en sus páginas finales una copia extensamente redactada de una carta dirigida a Yakovlev de un individuo sin identificar, fechada el 4 de mayo del 2005, y un memorándum de Yakovlev fechado el 6 de junio del 2005. Estos documentos incluyen anotaciones de Yakovlev en los márgenes que fueron entregadas por Volcker únicamente como parte de un conjunto de muestras. Todos los nombres personales y corporativos a excepción del de Yakovlev fueron tachados por los investigadores.
 
Incluso así, los documentos proporcionan más información de la que quizá pretendía dar Volcker. La carta discute los precios de los servicios de alimentación de las misiones de pacificación de la ONU en Liberia, Eritrea y Burundi, y alude a los precios y plazos de entrega de los contratos de suministro. El memorándum incluye referencias a la firma de Yakovlev en las operaciones de pacificación en el Líbano, Chipre, el Sahara occidental y los Altos del Golán.
 
Al unir los detalles con la información procedente de otras fuentes, FOX News ha descubierto que el contratista al que se alude en ambos documentos es Eurest Support Services Worldwide, o ESS, una compañía de suministro de alimentación que se ha convertido en una de las mayores fuentes de raciones alimentarias para las operaciones de pacificación de la ONU en todo el mundo. EES es a su vez una filial de Compass Group, una firma radicada en Gran Bretaña que opera en 90 países y que se precia de ser la mayor compañía de servicios alimentarios del mundo, con beneficios que el año pasado superaron los 21,6 billones de dólares.
 
Al ser interrogado por los documentos de Volcker, el portavoz de ESS rehusó hacer declaraciones, citando la confidencialidad de los acuerdos con los clientes.
 
Pero es intrigante que la ESS no sólo tratara con Yakovlev, sino que además tuviera vínculos cercanos con IHC Services, el intermediario de venta con el que Yakovlev tenía vínculos no autorizados. Según una circular de prensa de la página web de ESS, fechada el 13 de septiembre del 2004, ESS formalizó estos vínculos estableciendo una sociedad empresarial especial 'Best in Class' con IHC el año pasado. Esta sociedad es mencionada en la misma circular de prensa del CEO de ESS, Peter Harris. La circular de prensa ha sido desde entonces retirada de la página web de ESS, aunque FOX News ha podido obtener copias procedentes de dos fuentes distintas.
 
La sociedad IHC-ESS iba a estar gestionada, según la circular, por un empleado de ESS llamado Andy Siewert. Según una fuente interna de la industria alimentaria, Siewert era también el principal enlace entre ESS y el departamento de procuraduría de la ONU, y hablaba frecuentemente de reunirse con Yakovlev, que en los últimos años les había granjeado numerosos contratos de servicio alimentario.
 
Al ser contactado por FOX News, Siewert remitió todas las preguntas al departamento de relaciones públicas de Compass Group, que remitió todas las preguntas a su vez a una firma de relaciones públicas, el Brunswick Group, como hizo el CEO de ESS, Peter Harris. The Brunswick Group rehusó hacer comentarios con el argumento de la confidencialidad de los clientes.
 
Desde el año 2000, ESS ha logrado contratos alimentarios a través del departamento de procuraduría de la ONU con las fuerzas de pacificación de la ONU en lugares tales como el este de Timor, Liberia, Burundi, Eritrea, el Líbano, Chipre y Siria. La compañía acaba de lograr un contrato adicional para suministrar comida a la fuerza de pacificación en expansión en el conflictivo Sudán, que podría alcanzar los 15.000 miembros. Funcionarios de la ONU estiman que el valor total de los presentes contratos de pacificación de la institución con ESS superaron los 237 millones de dólares, 351 millones de dólares incluyendo las opciones de renovación y las gratificaciones.
 
En una información previa del pasado junio, FOX News identificaba a otro contratista de la ONU que trataba con Yakovlev. En esta ocasión era una firma de arquitectos, Renato Sarno, radicada en Milán, como la IHC, que fue contratada por Naciones Unidas en el 2000 bajo supervisión de Yakovlev por un contrato de 44 millones de dólares para proporcionar servicios arquitectónicos en la renovación del cuartel general de la ONU en Nueva York. El contrato aparentemente fue descartado tras la fase preliminar por motivos que la ONU no ha explicado, y es ahora objeto de escrutinio por los investigadores del Congreso.
 
El hecho de que tanto Yakovlev como el recientemente procesado Kuznetsov sean ciudadanos rusos plantean cuestiones urgentes acerca de adónde puede llevar este escándalo.
 
Kuznetsov, mientras servía como miembro del comité de asesoramiento presupuestario de la Asamblea General de la ONU, después como presidente, mantuvo un puesto simultáneo como funcionario del gobierno ruso. Yakovlev entró a formar parte del personal de la ONU en 1985, cuando todos los candidatos rusos fueron nominados por el antiguo régimen soviético. Desde al menos el 2000, Yakovlev ha trabajado de cerca con al menos otros dos rusos en el departamento de procuraduría, como documentan e-mails recientes y otros historiales examinados por FOX News, y según algunos de sus antiguos colegas en la ONU, ha tenido contactos frecuentes con la embajada rusa. Los expedientes examinados por FOX News demuestran que Yakovlev mantenía un apartamento en Moscú.
 
Yakovlev también estaba fuertemente implicado en la contratación de las firmas de inspección de Naciones Unidas para monitorizar las ventas de petróleo y las compras de material humanitario de Saddam Hussein bajo el programa Petróleo por Alimentos de 1996-2003, en el que Rusia encabezaba la lista tanto de compradores petroleros como de suministradores de material humanitario. De hecho, en el primero de los tres informes interinos de este año procedentes de la investigación del Petróleo por Alimentos de la ONU, liderada por Volcker, Yakovlev es presentado como el ejemplo estrella de integridad en la ONU. Sólo después de que sus malas prácticas fueran sacadas a la luz por FOX News, el informe Volcker extrajo las pruebas de que el propio Yakovlev estaba implicado en los esquemas de corrupción.
 
Las investigaciones federales de los presuntos sobornos de la procuraduría de la ONU continúan. Volcker ha prometido publicar la documentación subyacente de su investigación cuando termine, después de que el informe principal programado para el miércoles y un informe adjunto programado para octubre salgan a la luz. Eso podría ayudar a identificar las partes anónimas a las que Volcker alude en posesión de contratos de la ONU por valor de 79 millones de dólares y que pagaban a Yakovlev cerca de un millón de dólares en sobornos.
 
El responsable real de que los vínculos de contratistas con la propia ONU pasaran inadvertidos se encuentra en la propia ONU, donde los llamamientos a reformar del Secretario General Annán tienen ahora que verse las caras con un número creciente de escándalos bastante más allá de la vieja historia del petróleo de Saddam Hussein.

 
 
Claudia Rosett es periodista de la Foundation for the Defense of Democracies. George Russell es editor ejecutivo de FOX News