El acuerdo armamentístico americano-saudí

por Walid Phares, 21 de agosto de 2007

(Publicado en American Thinker, 6 de agosto de 2007)

El gobierno de los Estados Unidos está considerando una nueva venta de armas gigante al reino saudí, por valor de hasta 20.000 millones de dólares en armamento avanzado. El paquete propuesto incluye bombas avanzadas guiadas por satélite, actualizaciones de sus cazas, y nuevos buques navales de guerra, como parte de la estrategia norteamericana para contener la creciente expansión militar de Irán en la región. El titánico acuerdo armamentístico es una inversión saudí crucial encaminada a escudarse de la amenaza jomeinista que asoma por el horizonte: una bomba nuclear iraní, futuro control Pasdarán en Irak, y la ofensiva de Hezbolá en el Líbano.
 
La verdadera amenaza iraní contra los saudíes se materializa de la siguiente forma:
Si la coalición encabezada por Estados Unidos abandona Irak precipitadamente, las fuerzas iraníes -- a través de la ayuda de sus milicias en Irak -- se encontrarán en las fronteras mismas del Reino. De todo el Golfo Pérsico, los mulás de Irán han echado el ojo al Hijaz [la región cuna del islam que contiene los dos lugares sagrados] por una parte, y a las provincias ricas en petróleo por la otra.
 
Hezbolá amenaza al gobierno libanés, el cual es aliado de los saudíes. Hezbolá, entrenándose ya para la subversión en Irak, se convertirá en el principal entrenador de radicales chiítas en la provincia Este del reino.
 
Finalmente, Siria e Irán enviarán toda clase de jihadistas, sunitas incluidos, a través de las fronteras de Irak, casi en una maniobra de tenaza.
 
Frente a un avance tan dirigido, la monarquía wahabí se está apresurando a armarse con toda la tecnología militar del Tio Sam a la que puede echar mano. Riyadh está segura de que con F-16 mejorados, bucles rápidos, electrónica y bombas inteligentes podrá soportar el inminente golpe.
 
Yo creo que el régimen saudí no aguantará. Porque, como ha demostrado la guerra Irán-Irak, la brutalidad de raíces ideológicas del régimen iraní no conoce fronteras. Si Estados Unidos se retira de la región sin un Irak fuerte y pro-occidental en la zona, y a falta de una guerra de ideas haciendo avances contra los fundamentalistas en general, los saudíes no tendrán ninguna posibilidad de supervivencia. Porque los iraníes aplicarán directamente su presión y desatarán a fuerzas más radicales contra el reino entre los neo-wahabíes. Los mulás chiítas están manipulando robóticamente a los radicales sunitas, igual que han manifestado su capacidad para hacerlo en Irak y el Líbano.
 
Así que, ¿qué debería aconsejar hacer a los saudíes Estados Unidos en lugar de gastar a lo grande en armamento?
 
En primer lugar, si no se lleva a cabo un cambio político sustancial en Arabia Saudí, lo más probable es que los 20.000 millones de dólares en armamento acaben en manos de algún tipo de gobierno de Al-Qaeda, con el poder no solamente sobre Riyadh, sino también sobre La Meca y Medina. Este pack de riqueza, prestigio religioso y armamento moderno, en este momento de espasmos en la región, es simplemente demasiado arriesgado estratégicamente.
 
Pero hay mejores maneras de gastar estas monumentales sumas en la confrontación global contra la amenaza iraní y en defensa de la estabilidad. Se precisa de una nueva visión para la región. He aquí planes alternativos para gastar los 20.000 millones de dólares inteligente, pero eficazmente; prescindamos de la corriente principal de análisis importantes occidentales en este punto, no obstante:
 
Dedicar parte significativa de los fondos a apoyar a la oposición iraní, tanto dentro del país como a ultramar. Establecer emisiones mediáticas de alcance en farsi, kurdo, árabe, azerí y en otros lenguajes étnicos, dirigidas a la población iraní. Eso abrirá por sí solo la caja de Pandora dentro de Irán. Los realistas lo encontrarán difícil de creer, pero apoyando a la oposición iraní (a la cual los realistas no identifican aún) servirá mucho más que dispositivos AWAC volando sobre desiertos.
 
Asignar sumas sustanciales a dedicar al sur de Irak a apoyar a los chiítas anti-jomeinistas, el verdadero escudo contra la próxima ofensiva Pasdarán [Guardia Revolucionaria]. Tales fondos distribuidos inteligentemente entre activistas de la sociedad civil y grupos públicos anti-jomeinistas supondrán una defensa mucho más firme frente a las ambiciones de Ahmedinijad.
 
Generosa financiación debería concederse a la oposición liberal chiíta para que presione al régimen Assad a abstenerse de apoyar el terrorismo. Sin un régimen de la Mujabarat [servicios secretos sirios] en Damasco, el puente entre Teherán y Hezbolá se viene abajo. De ahí que la oposición siria tenga mucho más valor respaldada en su propia casa que Arabia Saudí luchando en su propia casa contra futuras redes.
 
Asignar amplia financiación a las unidades del ejército iraquí que demuestren mayor eficacia desmantelando a los terroristas y que demuestren ser fieles y leales a un gobierno central fuerte, y prometan defender sus fronteras en particular con respecto a Irán. Eso incluirá a los sunitas moderados en el centro y a los kurdos y otras fuerzas minoritarias en el norte. Un Irak multiétnico fuerte, proyectando un equilibrio de poder con el régimen de Irán, es la mejor opción para la Península.
 
Conceder ayuda abundante al gobierno libanés, las ONG de la Revolución de los Cedros y al ejército libanés, con el fin de dotarles para contener a Hezbolá en suelo libanés. Destinar algunas de estas ayudas a la oposición chiíta a Nasralah dentro de sus propias zonas. Cuando Hezbolá sea aislado por la población del Líbano, los árabes moderados de la región podrán dormir mucho mejor por la noche.
 
Dedicar dinero sustancial a programas de des-radicalización dentro del Reino y por toda la región. Con dólares dedicados a imanes moderados y no a los radicales, Riyadh podrá sacudirse a los clérigos radicales salafistas de encima y tener un verdadero impacto sobre los seguidores jihadistas. Al hacerlo, evitará que el jihadismo se convierta (como se convierte ya) en la única alternativa en el interior si el eje iraní presiona al país.
 
Dirigir sumas significativas a apoyar al gobierno somalí actual contra los tribunales islámicos y ayudar a los moderados de Eritrea y Sudán. La mejor defensa contra el radicalismo procedente del cuerno de África es apoyar a los moderados del Este del continente.
 
Invitar al ejército norteamericano a abandonar Qatar como base regional y reubicarse a las provincias al Este del Reino, con varios miles de millones de dólares necesarios para ayudar en la reinstalación y el despliegue que hace frente a la amenaza de Irán. Un ataque militar por parte del régimen iraní contra Arabia Saudí se convertiría entonces en un ataque frontal contra Estados Unidos.
 
Con los miles de millones restantes, el gobierno saudí renovaría, remodelaría y volvería a entrenar a sus fuerzas de modo que junto a sus aliados Estados Unidos, Irak, Jordania, el Líbano y los estados del Golfo, disuadiera al régimen iraní, que saldría derrotado por su propio pueblo.
 
Eso por supuesto, asumiendo que tengan lugar reformas dramáticas, rápidamente, en la Península Arábiga. Pero, ¿no es tal esperanza un espejismo del desierto?
 
En la práctica, las ideas que sugiero en este artículo, aunque lógicas en términos de estrategia contra-radical, tienen muy pocas posibilidades de ser adoptadas o consideradas siquiera en Riyadh. El Reino, tristemente, quiere plantar cara a la República Islámica exclusivamente con la disuasión militar clásica, no con una guerra de ideas. Lo cual es quizá el motivo de que los regímenes 'aliados' de la región hayan preferido no adoptar 'extender la democracia' como medio de contener al terrorismo. El motivo es simple: la cultura democrática también abriría espacios libres en sus propios países, un tema que no han aceptado aún.


 

 
 
El Dr. Walid Phares es un experto en terrorismo, fundamentalismo islámico y movimientos yihadistas. Es miembro decano de la Fundación de la Defensa de las Democracias y escribe en publicaciones especializadas como Global Affairs, Middle East Quarterly, and Journal of South Asian and Middle East Studies además de para diversos periódicos de renombre mundial y de opinar para medios como CNN, MSNBC, NBC, CBS, ABC, PBS y BBC.