Derecha 2.0: Libertad Digital, 10 años de liberalismo

por Ana Ortiz, 19 de mayo de 2010

 

1.- Introducción
 
“Los “ultras”conquistan la TDT”. El País, el 22 de febrero de 2010. El que leyera por la mañana temprano este titular despertó en seguida, preguntándose qué habría pasado en algún estadio de fútbol, donde seguramente los asientos habrían volado por los aires. Tratándose de ultras, no podía tratarse de otra cosa.
 
Después del primer café, muchos de nosotros seguimos leyendo lo que el buque insignia de PRISA denunciaba: “(…) La TDT fomenta también un género con una potente carga ideológica: las tertulias de contenido político. Coloquios monocolor en los que se destilan los argumentos más reaccionarios y ultras han conquistado las pantallas de la nueva televisión. El gato al agua (Intereconomía), La vuelta al mundo (Veo 7) o La tertulia de César Vidal(Libertad Digital) son ejemplos de cómo la derecha se ha hecho fuerte en la TDT con debates que poco tienen de plurales. Al otro lado del arco político el panorama está casi yermo. Tan sólo el recién estrenado Hoy (CNN +), conducido por Iñaki Gabilondo, apuesta por un discurso progresista de izquierda”(1).
 
En román paladino: el maltrecho monopolio de PRISA pierde fuelle porque, por primera vez en la historia de España, comienzan a florecer medios de comunicación fuera de su amplio manto. Medios que le “roban” una audiencia que consideran de su exclusivo patrimonio. ¿Por qué será que la izquierda no ha entendido, ni entiende, ni entenderá nunca que la gente tiene derecho a elegir las fuentes donde se informan, aunque no sean las suyas? ¿Acaso son ultras los que ejercen su libertad para escuchar lo que les parezca mejor?
 
Pero lo mejor del artículo viene después: “(…) Para evaluar el cumplimiento de los compromisos adquiridos, PSOE e IU reclaman que un organismo neutral (el futuro Consejo Audiovisual estatal, por ejemplo) tenga capacidad para revocar las licencias de aquellos canales cuyos contenidos no se ajusten a las condiciones de la concesión”. Dicho y hecho.
 
Cualquiera de las normas y leyes en las que tiene cabida lo relacionado con la comunicación -Ley Sinde, Ley Audivosual (2)-tiene su correspondiente “organismo independiente” para sentar cátedra y decirnos a los españoles lo que está bien y lo que está mal, lo que podemos colgar en Internet y lo que no, lo que debemos ver, escuchar y leer o no responde al catecismo progre que hemos padecido durante décadas, hasta que los problemas económicos de PRISA y la lógica apertura que proporciona la tecnología, no han podido tapar con un dedo por más tiempo la luz de sol. Y la luz del sol se llama PLURALIDAD, ya sea de derechas o de izquierdas.
 
El artículo publicado en El País deja en evidencia lo que todo el mundo sabe: hay gente que está dispuesta a decir lo que piensa y está haciendo verdaderos esfuerzos económicos para poder desarrollar un proyecto de comunicación al margen de lo de siempre. Propuestas que están siendo muy bien acogidas por millones de españoles. Si no fuera así, El País no se habría molestado en dedicarle un artículo.
 
Uno de estos proyectos ultras se llama Libertad Digital (3). Y cumple 10 años.
 
2.- Los comienzos
 
Lo que empezó como un proyecto entre amigos reunidos en torno a la revista de pensamiento La Ilustración Liberal, acabó siendo un pionero de los periódicos digitales. El 8 de marzo de 2000 comenzaba la andadura que se ha ido consolidando en los últimos diez años, avalada también por su canal de televisión, primero, y su emisora de radio, después, donde el ultra César Vidal invita todas las noches a quien considera oportuno sin pedir permiso a los chicos de PRISA.
 
Durante la presentación del libro “Cómo convertirse en un icono progre”, de Pablo Molina, una de las firmas representativas de Libertad Digital, Juan Carlos Giraurta, define lo que significa hacer frente a lo que denomina “superioridad moral absolutamente injustificada” de la izquierda, reto sobre el que se sustenta Libertad Digital.
 
Asegura, que: “He coincidido felizmente con él (Pablo Molina) en ese prodigioso proyecto virtual llamado Libertad Digital; como él, escribo en el diario de los liberales columnas de opinión para un público cuya magnitud desconcierta, irrita y solivianta a los guardianes del pensamiento; como él, y como el resto de compañeros de andanzas digitales, he sufrido el etiquetaje implacable de los maniqueos; como él, padezco y disfruto de todo ello desde fuera de Madrid, la tierra de los libres en este principio del siglo XXI. Si la omnipresencia del discurso progre puede resultar asfixiante en cualquier caso, enfrentarse a ella desde la periferia, es, se lo aseguro, toda una experiencia”.
 
En esta misma línea se pronuncia en su libro “La Eclosión Liberal” (4), donde explica los pilares sobre los que se sustenta Libertad Digital. Por un lado, las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías (Internet, primero y la televisión digital terrestre después). En segundo lugar, la decisión de un puñado de intelectuales, muchos de ellos procedentes de la izquierda, que llegan a la conclusión de que esa izquierda, aquejada de tics totalitarios, ha conseguido mantener la supremacía en el espacio discursivo, ante una derecha silenciosa que consiente.
 
Unos intelectuales que concluyen por experiencia propia que la izquierda arroja al infierno del desprecio y del ostracismo a aquellas voces que comenten la osadía de analizar, glosar o recrear asuntos públicos sin acatar los postulados políticamente correctos bajo el sello de un manido sello progresista, que es todo, menos eso, progresismo. Unos intelectuales llegados a un punto de no retorno en el que descubren lo que representa verdaderamente un proyecto de izquierdas: una ideología que hace tiempo que dejó de dotarse de ideas porque es mucho más cómodo guiarse por una fácil intuición vacía de contenido, donde las palabrería cubre el hueco del pensamiento.
 
Con dieciséis personas en plantilla y con esta filosofía como base, cuatro figuras de primera línea crean Libertad Digital: Federico Jiménez Losantos, periodista de raza, prolífico intelectual, alma mater y líder indiscutible del Grupo; el periodista Javier Rubio, José María Marco, director de la revista La Ilustración Liberal y Alberto Recarte, economista y empresario que asumió la presidencia y que aportó algunos ilustres liberales al equipo de opinión.
 
Federico Jiménez Losantos, Javier Rubio y Alberto Recarte tenían la mitad del accionariado, mientras que la otra mitad estaba en manos del Grupo Intereconomía. Posteriormente, se hizo una ampliación de capital de 486.000 euros (el 50% del capital social), y una oferta pública de suscripción de acciones de 5’34 millones de euros. En septiembre de 2005, el Grupo Intereconomía vende sus acciones, que suponían el 21’3% del capital de Libertad Digital. El comprador fue Arturo Baldasano, que se hizo con la parte del Grupo Intereconomía por 3’8 millones de euros. Esta situación duró solo un mes: en octubre de ese mismo año, Arturo Baldasano vende la mitad de las acciones adquiridas al Grupo Intereconomía. Buena parte de éstas son adquiridas por Federico Jiménez Losantos y Alberto Recarte. De este modo, Baldasano, Losantos y Recarte se convierten en los accionistas de referencia de Libertad Digital.
 
Hoy, Libertad Digital está presidida por Alberto Recarte. Federico Jiménez Losantos es su vicepresidente, Javier Rubio su director general y su director, Javier Somalo.
 
Fieles a su condición de liberales, los fundadores de Libertad Digital sumaron a este proyecto de comunicación a otros ilustres como Francisco Cabrillo y Carlos Rodríguez Braun. Tuvieron especial cuidado en sumar a su proyecto personalidades del mundo latinoamericano, como Mario Vargas Llosa, así como miembros hispanohablantes del Cato Institute. También con miembros de la Fundación norteamericana Heritage. Libertad Digital se hace eco con frecuencia de noticias, editoriales y entrevistas realizadas en medios de tendencia liberal-conservadora como el Wall Street Journal o Fox News.
 
Además de cultivar la corriente liberal, en Libertad Digital se dan cita pensadores de las escuelas neoconservadoras, cristianas y libertarias representadas en firmas del peso de Gabriel Albiac, Agapito Maestre, Pío Moa, Juan Carlos Giraurta, Amando de Miguel, José García Domínguez, Luis del Pino, Cristina Losada, Fray Josepho, Alberto Mínguez, Horcio Vázquez-Rial, Serafín Fanjul y Alberto Acereda. Por supuesto, en Libertad Digital siempre ha tenido cabida el proyecto del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES).
 
Con estos mimbres, el proyecto entre amigos se consolida. Según los datos de la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD) para el mes de marzo de 2010, Libertad Digital ocupa el número 36 de los 336 medios auditados en cuanto a usuarios únicos (total de combinaciones de una dirección IP y un identificador adicional), con casi dos millones y medio de seguidores, junto a un promedio de algo más de ocho millones y medio de usuarios esporádicos (una secuencia ininterrumpida de páginas servidas a un usuario identificado como válido).
 
Los demandantes de información visitaron en total algo más de cuarenta millones de páginas, entre la página principal y el resto.


Fuente: OJD, marzo 2010

 

Los datos de la OJD ponen de manifiesto la buena acogida de Libertad Digital en la sociedad española. Seguramente, entre sus claves, además de contar con personalidades antes mencionadas, tiene que ver con su independencia editorial. Si bien coincide con el ámbito ideológico del Partido Popular, el Grupo Libertad Digital no tiene reparos en señalar abiertamente su disconformidad con actuaciones de la derecha española cuando así lo considera.
 
3.- A más, a más
 
Lejos de dormirse en los laureles y apoyados por la fidelidad se su público, Libertad Digital da el salto al mundo de la televisión, primero, y de la radio, después.
 
En 2006, Libertad Digital Televisión (5) comienza a emitir sobre la base tecnológica digital terrestre, proyecto que se consolida en enero de 2007, con una parrilla caracterizada por amplios servicios informativos y una programación cultural que, una vez que descubierta, supone un oasis para los que huyen de la televisión basura donde la descalificación, la ridiculización del adversario, y el voayerismo elevado a categoría de convivencia en una casa, han tomado por asalto las conciencias dormidas de algunos “despistados”.
 
Otro tanto ocurre con esRadio, la última apuesta del Grupo, que empezó a emitir en septiembre de 2009, gracias a la licencia radiofónica que recibieron Federico Jiménez Losantos y César Vidal por parte de la Comunidad de Madrid. Una licencia, que en principio, iban a ofrecer a la Cadena COPE, emisora donde ambos dirigían dos programas capitales para dicha cadena: La Mañana y La Linterna.
 
Diferencias diversas entre ambos periodistas y la Cadena COPE, además de presiones de índoles profesional e incluso política, como ellos aseguran, provocaron su salida y representó el espaldarazo definitivo a un proyecto, esRadio (6), que se consolida a buen ritmo, al igual que ocurrió en su día con los otros dos medios de Libertad Digital, proyecto al que se sumó el también periodista, Luis Herrero.
 
Dos meses antes de la primera emisión, en julio de 2009, Libertad Digital y Unidad Editorial (editora del periódico El Mundo y propietaria del canal de televisión Veo7) llegaron a un acuerdo mediante el que La Mañana, de Federico Jiménez Losantos, se emitiría en Veo 7, al igual que en Libertad Digital TV.
 
El liderazgo de Jiménez Losantos y la sinergia entre Internet y TDT reportó, dos meses después de comenzar a emitir, 200.000 oyentes en Madrid. Solo el programa de Federico Jiménez Losantos disparó la audiencia de Veo7, del 0,5% al 2,6% de share. Tanto Losantos, como César Vidal y Luis Herrero lideran las descargas en los podcast de iTunes, por delante de los de Cadena SER, Onda Cero o COPE. De hecho, la marcha de Losantos y Vidal de la COPE ha supuesto que ésta última haya perdido el 50% de su audiencia, de la que solo el 17%, ha ido a parar a Onda Cero, según el EGM de abril de 2010.
 
Un estudio de Sigma Dos encargado por la propia esRadio, le atribuye más de 500.000 oyentes, por encima de Punto Radio y la COPE.
 
4.- La valentía como bandera
 
Cuando se cumplen 10 años de andadura de Libertad Digital, Esperanza Aguirre dice lo siguiente: “El grupo de intelectuales y periodistas que hace diez años fundó Libertad Digital asumió ese reto imposible, aportando su dinero, su talento, su esfuerzo y su ilusión. Porque estaban convencidos de que en España tenía que haber sitio para el pensamiento liberal y, aunque parezca paradójico decirlo, tenía que haber sitio para la propia idea de España como garantía de las libertades de todos” (7).
 
A este concepto de garantía de libertades hay quien lo califica de ultra. Quedan retratados y cada vez, son más millones de españoles que lo saben.
 
Enhorabuena por estos diez años. Que cumplan muchos más.

 
 
 
 
Ana Ortiz es Licenciada en Ciencias de la Información, Periodismo, Universidad Complutense de Madrid. Master en Radiodifusión por RNE y períto grafólogo por la Facultad de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid. Asesora política, experta en relaciones institucionales para Iberoamérica, en protocolo empresarial y liderazgo. Asesora en campañas electorales sobre comunicación en Internet y redes sociales. En el Grupo, es Analista en Inmigración y Seguridad interior y Analista de Medios de Comunicación. Ha participado en debates y entrevistas en Libertad Digital TV, Telemadrid,  Radio Intereconomía, Intereconomía TV, Veo7 y Periodista Digital en temas y cuestiones de inmigración, y de política en general. 
 
Notas
3.- Libertad Digital
4.- Presentación del Libro “La eclosión liberal”
5.- Libertad Digital TV
6.- es.radio
7.- Especial “Libertad Digital Cumple 10 años”