Cruzando el Rubicón

por Óscar Elía Mañú, 19 de diciembre de 2010

 

(Publicado en La Gaceta, 18 de diciembre de 2010)
 
Es conocida la prohibición romana al Ejército de cruzar el río Rubicón, que separaba la Roma civilizada de la bárbara Galia, el orden del desorden, el interior del exterior. En el año 49 a C, César lo cruzó con su XIII Legión, rompiendo una norma dictada para salvaguardar el normal funcionamiento de las instituciones de la república. Normal funcionamiento que se rompió en España a principios de mes, no con la salvaje actuación de los controladores, sino con la llamada al Ejército para combatirla. Lo peor del estado de alarma y la militarización forzosa de civiles no es lo ni ocurrido los días 3 y 4 ni la suerte concreta corrida por los controladores, sino las dudas y las certezas que nos deja para el futuro. Son habituales las huelgas y paros abusivos que afectan a servicios no menos fundamentales que el de la navegación aérea.
 
Paros del transporte urbano, ferrocarriles, basuras, huelgas generales no afectan a menos ciudadanos y no con menos graves consecuencias. Hasta ahora a nadie se le había ocurrido cruzar el Rubicón y solucionarlos manu militari. Pero ya tenemos el precedente de soldados vigilando y movilizando a la fuerza a civiles.
 
Siendo coherentes, a partir de ahora debemos introducir el Ejército en política para abortar paros y huelgas salvajes. ¿Se le utilizará contra UGT y CC OO como se le ha usado contra USCA cuando sus piquetes colapsen servicios básicos? A partir de ahora toda huelga general y paro salvaje deberá degenerar en estados excepcionales con el Ejército de por medio.
 
Si no es así, es peor. ¿Cómo justificar que lo que a Rubalcaba se le permite ahora no se le permita a otros en el futuro? La clave está en que este precedente no afecta al objeto de la militarización, sino a su sujeto: ¿qué tipo de Gobierno, qué gobernantes, de qué ideología tienen exclusiva legitimidad hoy para llamar al Ejército en su ayuda? La respuesta es inquietante: hoy sólo el PSOE la tiene, porque a ningún otro Gobierno se le hubiese permitido o se le permitirá cruzar el Rubicón.