Canallas y misiles

por Peter Brookes, 12 de septiembre de 2006

El viernes, mientras la mayoría de americanos se lanzaban a disfrutar del último fin de semana no oficial del verano, la Agencia Americana de Defensa Antimisiles (MDA) anunciaba que se había dedicado a hacer sus propios “lanzamientos”.
 
La MDA informó que había derribado la ojiva de un misil balístico en un ejercicio militar sobre el Océano Pacífico con un misil interceptor de tierra desde la base aérea de Vandenberg en California. 
 
Después, los jefazos del Pentágono dijeron que las exitosas pruebas demuestran que ahora tenemos “una buena probabilidad” de derribar un misil nuclear norcoreano dirigido contra Estados Unidos.
 
Obviamente son muy buenas noticias. El avance en la defensa antimisiles hace que subamos un punto más en el marcador para poder lidiar con el irascible régimen norcoreano y su al parecer inacabable amenaza de tambores de guerra nuclear.
 
Si el trabajo con la defensa antimisiles continúa con éxito, Estados Unidos será capaz de defenderse - por primera vez - contra los misiles balísticos y las ojivas convencionales, químicas, biológicas o nucleares a las que vienen acopladas.
 
Esta capacidad dará a Estados Unidos una mayor flexibilidad política - más allá de la pura represalia militar - en respuesta a un ataque de misiles.
 
No hay absolutamente sentido alguno en hacernos deliberadamente vulnerables a tipos como el régimen impredecible de Corea del Norte o sus misiles equipados con armas de destrucción masiva.
 
En otras palabras, ¿por qué debemos recibir el primer golpe de manos de un estado canalla y, ya puestos, de cualquier otro adversario?
 
Por el momento, sin embargo, nuestro sistema de defensa antimisiles sigue siendo un proyecto en ciernes. Debemos seguir mejorando su capacidad y expandirla para que incluya nuevas tecnologías como el láser y sistemas espaciales para responder a ataques de misiles.
 
La realidad es que lograr, con éxito, detectar, identificar, seguir y darle a una bala (en este caso, una ojiva de misil de rápido movimiento) con otra bala (por ejemplo, un interceptor) en el espacio (¡literalmente!) no es una proeza tecnológica muy fácil de conseguir.
 
Y aunque el ejercicio militar de la semana pasada era contra un misil norcoreano simulado, el test no incluía ninguno de los trucos que misiles balísticos más sofisticados (como por ejemplo los rusos o los chinos) pueden efectuar, como por ejemplo, maniobrar, desplegar ojivas múltiples o usar señuelos.

Pero aún más importante en el corto plazo - que lidiar con los misiles avanzados de chinos y rusos - es encontrar una forma de desplegar un sistema para enfrentar a Irán, otro país empeñado en conseguir armas nucleares y los misiles de largo alcance para lanzarlas.
 
Desgraciadamente, nuestra arquitectura de defensa antimisiles con sede en el Pacífico (por ejemplo radares e interceptores) ubicada en Japón, California, Alaska y en el mar a bordo de barcos de la Marina americana está diseñada para enfrentar la amenaza norcoreana, pero no para el desafío nuclear/de misiles iraní.

Europa, especialmente en Europa Central, como en Polonia o la República Checa, parece ser el mejor lugar para establecer un sistema de defensa antimisiles de tierra para enfrentar la creciente amenaza iraní.
 
Pero, algo nada sorprendente, algunos europeos no se sienten muy cómodos - como mínimo - con el despliegue de una defensa antimisiles en el continente. Algunos se sienten poco convencidos de la amenaza iraní o se preocupan porque se vaya a irritar el Kremlin. 
 
Es una opinión muy corta de miras, pero que vale por el momento 
 
Porque al igual que le pasó a los asiáticos con la amenaza norcoreana, los europeos finalmente despertarán y se darán cuenta que Irán es una amenaza a su seguridad y aceptarán el programa de defensa antimisiles. 
 
Y para ese entonces, si las obras siguen avanzando rápidamente, el escudo antimisiles será incluso más eficaz y estará más preparado que hoy en día para proteger a nuestros amigos, aliados y a nosotros mismos contra misiles balísticos, vengan de donde vengan.

 
 
Peter Brookes ha sido Vicesecretario Adjunto de la Secretaría de Defensa de Estados Unidos y asesor del Presidente George W. Bush.

Como alto miembro de la Fundación Heritage, Peter Brookes se encarga de comunicar la posición de la Fundación en temas de política exterior y de seguridad nacional de Estados Unidos, Asia, el Pacífico y de terrorismo a través de diversas apariciones en programas de televisión a nivel nacional e internacional, con entrevistas, investigación de temas específicos, testimonios ante el Congreso de Estados Unidos y conferencias internacionales. Entre sus muchos cargos es actualmente Director del Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage.
 
 
©2006 Peter Brookes
©2006 Traducido por Miryam Lindberg