Blogging en Arabia Saudí: minando a los wahabíes, mensaje a mensaje

por Stephen Schwartz, 31 de enero de 2006

El 21 de octubre salía un nuevo mensaje de Arabia Saudí, la tierra del islam wahabí, con su compromiso de financiar la jihad, sus decapitaciones públicas y su total subordinación de la mujer. Pero en lugar de la predicación extremista usual, la promoción de los sangrientos actos terroristas de Abú Musab al-Zarqawi en Irak o la incitación al odio contra musulmanes no wahabíes, judíos, cristianos, y demás en todo el mundo, el mensaje era una convocatoria, en inglés incorrecto, para “la primera reunión informal de bloggers saudíes”. Y con él, Arabia Saudí daba un paso de gigante.
 
El anuncio en la página web “Saudi Blogs” llegaba de “Ahmed”, y no sin contradicciones. Observaba obtusamente que “según el estilo saudí, [la reunión] será sólo para hombres”.
 
En el plazo de cuatro horas, la primera contestación a Ahmed afirmaba, “ambos sexos tienen que involucrarse en esto” -- a saber, la mejora del blogging saudí. Confusamente sin embargo, el autor de ese comentario, “Super MO”, admitía que el blogging coeducacional se limitase a la red. En cuestión de horas, sin embargo, una blogger decía que a ella le encantaría asistir a la reunión propuesta.
 
Hombres y mujeres bloggeando juntos, por supuesto, representa una total burla a las leyes saudíes que imponen la segregación de sexos. Y no puede haber vuelta atrás. Las autoridades saudíes no pueden requisar todos los ordenadores, las Blackberrys y los teléfonos móviles del reino. Tampoco pueden prohibir el uso del inglés.
 
Saudi Blogs recoge más de 80 páginas activas, 67 de ellas en inglés o en inglés y árabe. Las mujeres saudíes generan algunas de las páginas más interesantes. Son tan atrevidas en su libertad de expresión que un miembro del personal del congreso que las lee regularmente expresaba total desconcierto, “¿cómo puede suceder esto?”. La globalización de la cultura americana tiene obviamente mucho que ver, puesto que muchas entradas del blog están escritas en el lenguaje hip-hop de los mensajes de texto de los adolescentes occidentales.
 
El blog saudí más llamativo y que más da que pensar es “Farah's Sowalif”, sowalif significa “chismorreo”. La página se anuncia como “El palique cotidiano de una chica 'saudí' [comillas de la autora] cansada, reprimida, y aburrida”. Redactado en una mezcla de inglés legible en general y árabe ocasional, la autora, Farah Aziz, alias “Faruha”, se describe como una estudiante de la “KSU” -- Universidad Rey Saud (no la Kansas State), la universidad más antigua del reino. Faruha es una “jingoísta decepcionada” residente de la capital, Riyadh, así como de Najd, la provincia desértica de donde emergió el fundamentalismo wahabí y la casa real de Saud.
 
Faruha tiene un montón de lo que quejarse, y no tiene miedo a hacerlo. Cuando quiere, su inglés es perfecto. También coloca en su blog fotografías en color, tomadas obviamente con un móvil. Algunas de las imágenes son banales en extremo - montañas de caramelos en la ciudad al final del mes del ayuno musulmán del Ramadán, por ejemplo -- pero una, en la entrada con fecha 26 de octubre, parece insalvable en su expresión de la patología del régimen saudí.
 
La foto muestra un panel interactivo instalado en una pared de la KSU, donde se pide a las estudiantes que indiquen su opción de destino tras la muerte. A la izquierda se muestra una mujer vestida con un velo de cabeza y cuello, un hijab de cuerpo entero que parece un impermeable, y un vestido hasta los pies. Lleva un bolso. Al lado de ella hay una representación de unas llamas. Esta mujer, a pesar de su vestimenta extremadamente casta, se dirige a las llamas del infierno. A la derecha se muestra una mujer equipada con la vestimenta femenina recomendada: una abaya negra, que cubre la cabeza, la cara, y el cuerpo entero, cuyo contorno no se puede distinguir. La mujer que viste de esta manera se dirige al paraíso, representado como un parque en el que, extrañamente, sólo se reúnen las mujeres vestidas con abaya negra.
 
El mensaje es imposible de creer: la condena eterna espera a la mujer saudí que lleve bolso, muestre los ojos, o permita que su silueta femenina sea vagamente discernible. Para las que lleven obedientemente la abaya, la recompensa de Alá en el paraíso incluirá la continuación de taparse y la segregación de sexos.
 
Este golpe interactivo de efecto es wahabismo puro y sin adulterar. Faruha comenta, “los tablones de anuncios de las universidades se ponen generalmente para propósitos académicos... esto es lo que esperaba encontrar en la KSU”.
 
La entrada del blog de Faruha del 13 de octubre incluye su traducción al inglés de un ensayo titulado “Imagine ser mujer”, redactado y colocado por una escritora saudí, Badria al-Bisher. El artículo es un manifiesto por un movimiento de protesta de las mujeres saudíes. “Imagine ser mujer”, escribe al-Bisher, “y que este guardián tuyo sea tu hijo de 15 años”. Sin excepciones, bajo las estrictas leyes del wahabismo saudí, una mujer no puede tomar decisión propia ninguna, y tiene que acudir a su hijo adolescente si carece de pariente varón mayor alguno. Tiene que obtener su permiso para recibir una educación o tener un empleo.
 
El texto continúa, “imagine ser mujer y necesitar hacer viajes de taxi constantes para hacer tus diligencias cotidianas [porque no se permite conducir a las mujeres]. Imagine tener que ser paciente con un conductor que no te entiende y tener que soportar las diferencias culturales, sólo para llegar a donde quieres ir. Imagine tener que esperar a tu hermano menor a diario, sólo para que te lleve al trabajo [porque no se permite que las mujeres salgan ala calle sin acompañante masculino]. Imagine contratar a incontables conductores que aprenden a conducir utilizando tu propio coche, que practican a tus expensas, y a quienes entrenas durante meses y meses hasta que suspiras exhausta '¿¿¿qué clase de vida es esta???' Todo porque eres una mujer, y por tanto no se te permite conducir. “
 
El mismo artículo condena la incitación saudí-wahabí a violar a las mujeres no-wahabíes: “Imagine que mujeres del siglo XXI siguen fatwas de eruditos que en un momento concreto empiezan a debatir la viabilidad de capturar a las mujeres del enemigo, y después de tener relaciones sexuales con ellas. Algunos incluso van más allá, para discutir capturar a las mujeres de este enemigo en tiempos de paz también; y en ningún momento sabes siquiera quién es el enemigo en cuestión”.
 
El blogging también se ha convertido en un fenómeno importante en el teocrático Irán. Pero en Arabia Saudí, la repentina explosión del blogging coincide con la evidencia de un movimiento muy real hacia la apertura en el pensamiento religioso dirigida por el nuevo rey, el octogenario Abdaláh. En una cumbre islámica global a finales del 2005, Abdaláh proclamaba la necesidad de “moderación que incorpore el concepto islámico de tolerancia”, agregando, “apelo a los inventores y a los industriales musulmanes, a una tecnología musulmana avanzada, y a los jóvenes musulmanes que trabajan para vivir lo mismo que trabajan para su vida del más allá, sin exceso o negligencia, sin ninguna clase de fundamentalismo”.
 
Esa visión está en conflicto frontal con las obsesiones de al Qaeda y Hamas, que exaltan la muerte sobre la vida. La misma cumbre escuchó un mensaje del rey Abdaláh II de Jordania pidiendo el final del takfir, la práctica de que un musulmán acusa de infidelidad a otros musulmanes sobre la única base de sus opiniones. Prohibido por el profeta, el takfir se ha hecho común desde la llegada del wahabismo. Mohammed Ibn Abd al-Wahhab, fundador de la secta, declaró infieles a todos los chi'íes y sufíes - a esos efectos, a todo aquel que no profesara su interpretación de la fe. Todos los que han sido excomulgados así son objeto de asesinato y saqueo. El takfir respalda la perniciosa ideología de que sólo los musulmanes radicales son verdaderos musulmanes, y atrae a los terroristas jóvenes confiriéndoles una falsa posición de élite en lo que realmente es una conspiración criminal. La denuncia del takfir por parte del rey jordano reconoce a los chi'íes como musulmanes, negando específicamente el argumento religioso de los terroristas sunníes de Irak - por no mencionar a los sunníes wahabíes de Arabia Saudí o Pakistán - que describe a los chi'íes como herejes.
 
Los residentes del reino saudí confirman a los amigos americanos que desde que Abdaláh subió al trono se ha hecho perceptible una nueva atmósfera. Fatima al-Hejazi, una joven investigadora saudí, observa que en un Foro de Diálogo Nacional en la ciudad de Abha en diciembre del 2005, un representante de la minoría grotescamente oprimida de los chi'íes en Arabia Saudí pidió la igualdad de derechos religiosos. Al-Hejazi sugiere que esta acción fue inspirada por la declaración anti-takfir de Jordania.
 
En otro suceso importante, cuatro mujeres saudíes han sido ascendidas a la junta directiva de la cámara de comercio de Jeddah, la capital comercial del país. En cualquier otra parte tal acto podría parecer trivial; en Arabia Saudí es revolucionario - y especialmente significativo, porque implica a la clase empresarial, los probables líderes de una transición saudí a la normalidad.
 
“Saudi Blogs”: con toda su simplicidad, la frase tiene un aura revolucionaria, como “congreso continental” o “solidaridad polaca”. Polonia y las demás dictaduras comunistas del bloque soviético fueron liberadas con la ayuda del mimeógrafo y las máquinas de Xerox. Arabia Saudí e Irán pueden ser liberadas mediante blogs y teléfonos con cámara, dando quizá al rey saudí Abdaláh más de lo que estipulaba con “una tecnología musulmana avanzada”. Por ahora, las autoridades saudíes continúan bloqueando las páginas web convencionales mantenidas por reformistas, como tuwaa.com, al tiempo que permiten operar a páginas wahabíes de odio infame como alsaha.com. Pero los tiranos se están quedando atrás y están perdiendo el control de los acontecimientos. Los espíritus del Benjamin Franklin impresor y del gran comunicador Ronald Reagan deben de estar encantados.

 
Stephen Schwartz (Suleiman Ahmed Schwartz) es musulmán sufí y director y fundador del Centro para el Pluralismo Islámico de Washington, la principal institución islámica moderada del mundo. Formado como periodista y escritor, es autor de “Las dos caras del islam“ y columnista regular de la revista The Weekly Standard, el Globe & Mail canadiense y el diario mexicano La Reforma.