Aunque el euro no estalle

por Rafael L. Bardají, 1 de diciembre de 2011

El "europocalipsis" se lo traga todo en términos de atención y dedicación, pero aunque el euro no estalle, hay otras cosas que van a hacer de nuestro mundo un lugar mucho más complicado en el que vivir. Sin ir más lejos, la ingenuamente llamada "primavera árabe". Lo hemos visto en Túnez; lo acabamos de ver en Marruecos; y lo estamos viendo en la primera ronda electoral en Egipto: allí donde el mudo musulmán vota, vota por el islamismo. Ciertamente, por lo que se presentan con el rostro del islamismo moderado, no los más radicales. Pero que eso no nos lleve a engaño. Por muy moderados que quieran ser, las implicaciones negativas para el mundo occidental y, sobre todo, para aquellos que como España estamos en primera fila, son muchas. Para empezar pone punto y final a años de esfuerzos por acercar las sociedades del Norte de Africa a nuestro modelo económico y social. Con su visión de laque asistencia social, de la moral y las costumbres islámicas aceptables, el Magreb y más allá se separan cultural y socialmente de nosotros. Es más, por muy moderados que sea, se separarán cada día más. Por una sencilla razón: la dinámica política y culturas no va a girar en torno a islamista moderados versus fuerzas seculares. Estas son institucionalmente débiles y se harán más marginales, no más fuertes, con el paso del tiempo. La verdadera tensión va esta entre los islamistas moderados los radicales, por lo que todo tenderá a escorarse hacia posiciones más rigoristas o integristas, no más abiertas y tolerantes. Los moderados tenderán a radicalizarse para vencer a sus verdaderos opositores, no a la moderación. Por otro lado, aunque a nosotros nos toque de lejos, las actitudes de los islamistas moderados hacía Israel prometen una mayor tensión, si no una confrontación abierta. Algo que, en el caso de Egipto o Jordania, puede ser muy complicado de gestionar. Es más por puro mimetismo, denigrar a Israel puede extenderse como un reguero de pólvora portada la región. No es difícil puesto que el sustrato está ya ahí. Si miramos las declaraciones al respecto del líder de Justicia y Desarrollo, ganador de las elecciones en Marruecos, Abdelilah Benkirane, con frases como " mi apoyo a la jihad y la lucha contra los judíos", no podemos ser optimistas al respecto.   Por último, queda la cuestión del seguro impacto de la islamización de los países de origen en las masas emigrantes musulmanas en suelo español y europeo. La futura y progresiva islamización del Norte de Africa traerá a nuestras tierras emigrantes más islamistas e islamizará a los que todavía no lo son. No es una hipótesis, es lo que se ha podido comprobar, por ejemplo, en Alemania con la emigración turca y los cambios a peor experimentados por la influencia de las políticas de islamización de Erdogan, ese gran exponente del "islamismo moderado" al que la UE hizo europeo del año en el 2004. Lo peor no es el futuro de euro, sino todo lo demás.