Assad sitiado

por Daveed Gartenstein-Ross y Nir Boms, 15 de junio de 2006

'Irán y Siria se encuentran en el mismo barco', decía el ex Presidente iraní Hashemi Rafsanjani durante una visita a Damasco el 12 de abril. Al comparar los problemas de los dos países, continuaba Rafsanjani, 'Los enemigos de Siria están intentando incrementar la presión, pero la resistencia del pueblo sirio continuará'. Está en lo cierto: el pueblo sirio se resiste más que nunca antes. Pero la nueva oleada de resistencia no es lo que Rafsanjani tiene en mente.
 
Dos semanas antes de la visita de Rafsanjani, la inteligencia militar siria detenía al periodista de internet y activista de los derechos humanos de 51 años de edad Mohammed Ghanem, probablemente a causa de su trabajo en www.surion.org. Ghanem publicita la página web como 'una página web nacional, democrática, independiente y libre'. Allí escribía una serie de artículos detallando la realidad política de Siria y la desafortunada situación de su comunidad kurda.
 
Tras su detención el 31 de marzo, Ghanem fue presuntamente transferido a la conocida Rama 235, conocida como 'la rama palestina' de la Inteligencia militar siria. Así se unió a las filas de los casi 1500 presos políticos encarcelados sin juicio.
 
Dos presos políticos adicionales son los periodistas Alí Abdaláh y su hijo Mohammed, que fueron detenidos a finales del mes pasado en Ktene, al sur de Damasco. Alí Abdaláh es miembro del Foro Jamal al-Atassi, un grupo de derechos civiles y políticos. Ya había sido detenido el año pasado tras dar lectura públicamente a una declaración en representación del líder de la Hermandad Musulmana siria Alí Sadreddine Bayanouni. Esto no fue fruto de simpatía hacia el grupo islamista. En lugar de eso, el Foro Atassi había organizado un debate acerca del cambio democrático. Todas las perspectivas estaban representadas, y de aquellos que no pudieron asistir -- como la Hermandad Musulmana -- se leyeron en alto sus declaraciones.
 
Después está Massoud Hamid, un estudiante de periodismo de veintinueve años de edad y 'ciberdisidente'. El año pasado, Hamid se convirtió en uno de los pocos periodistas que lograba hacer fotografías de una manifestación kurda en Siria, que colocó en una página web alemana. Hamid fue posteriormente condenado a tres años de prisión por 'pertenencia a una organización secreta' e 'intentar anexionar parte de Siria a otro país'. En los 3 últimos meses, Human Rights Watch ha documentado las detenciones de 26 activistas que parecen estar vinculados únicamente por sus tentativas de hablar con libertad acerca de las condiciones políticas en Siria. Mientras que los arrestos políticos no son nada nuevo allí, esta creciente oleada sugiere que la oposición siria -- un grupo que era invisible hace apenas tres años -- está empezando a mostrar cierta resistencia real al régimen.
 
Y por buenos motivos. El Presidente Bashar Assad ha inundado de promesas al pueblo sirio, pero no las ha cumplido. Su debilidad e ineptitud combinadas con una creciente atención internacional sobre la implicación de Siria en el Líbano e Irak han ayudado a revigorizar a la oposición. Mientras que esa oposición no puede ofrecer una alternativa política sólida aún, los crecientes esfuerzos de Assad por silenciarla muestran que está ganando fuerza.
 
En la práctica, es cada vez más difícil seguir al gran número de grupos y activistas sirios que trabajan por la causa de la reforma política dentro y fuera de Siria. Un buen número de conferencias, como la organizada por la Comisión Democrática Siria (SDC), afirman haber reunido a representantes de más de 30 de tales grupos. El SDC, que está liderado por Farid Ghadry, se precia de incrementar la consciencia internacional de la existencia de una vibrante oposición siria. El SDC trabaja ahora por establecer un parlamento en el exilio que intente coordinar a los distintos grupos de oposición.
 
Esa coalición fue desafiada recientemente por el ex vicepresidente sirio Abdel Halim Jaddam. Jaddam se ha unido con el líder exiliado de la Hermandad Musulmana Bayanouni para establecer lo que denomina el 'Frente de Salvación Nacional'. Está intentando establecer un gobierno en el exilio con funciones similares al ba'az tales como un ministro de información. Este esfuerzo probablemente no sea bien recibido en Siria, donde Jaddam es visto como un jugador relevante del corrupto aparato Ba'az sirio.
 
Otra figura en el exilio que es improbable que encuentre mucho apoyo dentro de Siria es Rifaat al-Assad, el hermano más joven del expresidente Hafez Assad. Rifaat se exilió tras liderar un golpe de estado fallido en 1983. Desde entonces ha hecho ruido con volver a Siria para ocupar la dirección, pero parece más un aspirante a dictador militar que un reformista democrático.
 
Esta novedosa proliferación de grupos sirios que afirman hablar por la verdadera voz de la democracia y la reforma significa que Estados Unidos necesita ser selectivo en el cómo se involucra con los jugadores. Su reciente flirteo con Jaddam -- que ha mostrado unas cuantas tendencias democráticas -- puede ser contraproductivo cuando hay otros grupos y activistas con historiales impresionantes y seguimiento legítimo.
 
Puede pasar mucho tiempo antes de que la idea de democracia eche raíces en Siria. Estados Unidos debería ejercer la paciencia. Y en el ínterin, debería prestar más atención a la gente como Ghanem, y Alí y Mohammed Abdaláh -- aquellos que han mostrado un compromiso con la democracia y que pueden ser verdaderos agentes del cambio.
 
Nir Boms es vicepresidente del Centro para la Libertad en Oriente Medio. Daveed Gartenstein-Ross es fiscal y consultor en materia de contraterrorismo.