Armas coreanas, liderazgo y proliferación

por GEES, 19 de julio de 2013

 Acaba de descubrirse un depósito de armas en un buque coreanoprocedente de Cuba en el puerto de Manzanillo, en Colón, Panamá. Obama ha convertido en obsesión la política formal de control de armas con el objetivo de pulsar el botón reset en la relación con Rusia y, consecuencia de ello, ha hecho aperturas varias a Putin. No es la menor de ellas la reducción de armas estratégicas recogidas en los varios tratados START de las cuales la última ronda (ingeniosamente bautizada Nuevo START) está en vigor y discutiéndose su reforma. Obama quiere paz a base de reducir el número de cabezas nucleares con una potencia porque está atrincherado en una mentalidad propia de la Guerra Fría. Pero el resultado no puede ser más desalentador, en el aspecto nuclear y, por lo visto, en el de las armas convencionales.

La reacción rusa oscila entre el desinterés, la constatación del mantenimiento, pase lo que pase, de un arsenal más que suficiente, y meterle el dedo en el ojo a los americanos, como demuestra el asunto Snowden, que de momento va a resultar asilado en la tierra de los zares.
 
Por el otro lado, el del Eje del Mal tan caro a Bush, de quien era tan fundamental separarse, el único que ya no es peligroso es Irak pues tanto el régimen criminal de Sadam como sus aspiraciones al liderazgo armamentístico han pasado a mejor vida, dígase lo que se diga del presente difícil e inseguro del país de los dos ríos. En cuanto a Corea del Norte, ahí está, con su programa nuclear desarrollado, su misilístico en auge y su colaboración con Irán y la Siria de Asad acreditada. Pero se dedica también al pingüe negocio, único en el país más pobre del planeta, de traficar con armas convencionales con todo el que lo desee. Y por la zona en que ha resultado detenido el buque parece que interesa algo al bloque ALBA sucesor al mismo tiempo del soviético y del no alineado. Por fin, Irán es la mayor de las amenazas no sólo por su acumulación de uranio enriquecido al 20% resultado de las inusuales negociaciones que llevan años produciéndose y dejándole hacer, sino por su voluntad inequívoca de dominación y su intención de acabar con el "pequeño Satán de la zona", en su lenguaje, Israel.
 
Es decir, que de buenas intenciones, suponiendo que esas fueran las de Obama y no la más abominable demagogia, está el infierno lleno y que la insistencia en la separación con Bush, el liderazgo desde atrás y el autocontrol de la proliferación con desatención a la naturaleza de los regímenes que poseen las armas, está terminando como el rosario de la aurora.
 
Así que, efectivamente, hay que apretar el botón reset, pero para resetear esta política nefasta que lejos de hacer menos posible la guerra pone en peligro la Pax Americana que los Estados Unidos pretenden garantizar desde la II Guerra Mundial.