Antisemitismo académico

por Phyllis Chesler, 21 de junio de 2005

Este fin de semana, como se esperaba, y a pesar de una petición internacional lanzada por Académicos por la Paz en Oriente Medio, la Asociación Nacional de Profesores de Educación Superior de Gran Bretaña (NATHFE) votaba a favor de boicotear a los académicos israelíes. El suyo es un boicot más agradable y educado, porque exime a los académicos israelíes que, al estilo McCarthy, estén dispuestos a mostrar públicamente su desaprobación a las (inexistentes) políticas 'de apartheid' de su gobierno. Esta es la tercera vez desde el 2002 que los académicos británicos han salido a la palestra para censurar y aislar a los académicos israelíes.
 
Los británicos tienen un historial echado a perder en sus relaciones con los judíos. Los asesinaron y los expulsaron de su isla en el siglo XIII, y rehusaron permitir que barcos llenos de judíos a la huida de Hitler atracasen en la 'Palestina' británica en el siglo XX.
 
Aunque los británicos una vez colonizaron todo el mundo árabe, los poetas y aventureros británicos fantasearon con los hombres árabes como nobles y sexualmente prodigiosos. Los diplomáticos y los empresarios británicos pasaron por alto el barbarismo árabe por el bien del petróleo. Los intelectuales británicos políticamente correctos fantaseaban con los árabes en otro sentido, como 'las víctimas' del colonialismo europeo -- del que culpaban, lo adivinó, a los judíos y al estado judío. En ocasiones, tales pensadores británicos palestinizados y estalinizados lograban observar que los árabes estaban gobernados por déspotas crueles que les empobrecían y aterrorizaban a su propio pueblo -- pero culpaban de ello a la CIA americana.
 
En el 2000, la Liga Árabe, Irán y los palestinos desataron una intifada salvaje y letal contra los civiles israelíes, el 80% de los cuales son judíos cuyos padres y abuelos sobrevivieron a pogromos, el Holocausto, expulsiones en masa de las tierras árabes y al menos cinco o seis guerras de autodefensa de Israel. Desde el otoño del 2000 hasta finales de la primavera del 2003, los israelíes sufrieron algo comparable al 11 de Septiembre cada mes, en ocasiones incluso cada semana. Es por lo que construyeron la barrera de seguridad, llamada por algunos 'el muro de apartheid. 'Comentaristas' presuntamente civilizados caracterizaban a los israelíes como 'peores que los Nazis' cuyas 'políticas genocidas' justificaban la oleada de asesinatos suicida en serie palestinos. Tales académicos no condenan la propaganda islamista exterminacionista que convierte a incontables adolescentes en brutales asesinos con el cerebro lavado.
 
Los académicos británicos respondieron a la guerra militar, terrorista y propagandística contra los judíos lanzando campañas de boicot y desinversión contra Israel en general y contra los académicos israelíes en particular. Así, en el 2002, 123 académicos británicos publicaban una Carta Abierta en el London Guardian pidiendo 'una moratoria' sobre todo vínculo cultural o de investigación con Israel. En el 2004-2005, el Sindicato Británico de Profesores Universitarios (AUT) -- que nunca ha movido un dedo por boicotear a académicos procedentes de países tales como China, Irán o Sudán -- votada para boicotear dos universidades israelíes presuntamente por ser cómplices en las políticas militares de su gobierno. Tras una tremenda lucha, la votación fue invertida.
 
Campañas similares de desinversión y boicot contra Israel -- y exclusivamente contra Israel -- fueron lanzadas por todas partes. Organizaciones financiadas por la Ford Foundation[1] tomaron parte en conferencias que demonizaban a Israel y a América desde el punto de vista palestino. En el 2005, la Asociación Americana de Profesores Universitarios (AAUP) descubría que 'el lobby sionista' ejerce 'una influencia perniciosa' contra los árabes y los musulmanes en los campus americanos. A comienzos del 2006, dos profesores, Stephen Walt de Harvard y Charles Mearsheimer de la Universidad de Chicago, daban su aprobación acaloradamente. Su pobre documento de intenciones fue exhaustiva y eficazmente criticado, lo que, en opinión de sus partidarios, demostró que 'el lobby sionista' realmente sí gobierna el mundo.
 
La Asociación Americana para el Impulso de la Ciencia, un grupo fundado en 1848 que publica la revista Science, condenaba el boicot de la NATHFE al igual que los colectivos de las iglesias británica y escocesa. Un grupo de académicos británicos, a través de una organización llamada Engage, reunía 600 firmas de académicos británicos contra el boicot. Académicos por la Paz en Oriente Medio, junto con el Consejo Asesor Internacional para la Libertad Académica, radicado en Israel, reunían más de 5000 firmas de académicos de todos los continentes que enseñan en 250 universidades al menos. Algunos catedráticos del ámbito británico, y muchos que enseñan en Cambridge, Oxford, y en otras veintiocho universidades británicas, también firmaron. Y llamativamente, muchos firmantes son profesores de físicas, medicina, matemáticas o ciencias de la computación, que, al contrario que los profesores de ciencias sociales o de humanidades, no están politizados. Se toman sus disciplinas en serio y obviamente respetan el trabajo de los científicos israelíes que a menudo son los que están a la cabeza.
 
Ya ha comenzado un boicot 'silencioso' en el que algunos académicos británicos han rechazado escribir para diarios israelíes o rehusado publicar o revisar el trabajo de académicos israelíes o de artistas creativos en diarios británicos. En mi opinión, aquellos que lo hacen se han desvinculado en la práctica de la comunidad internacional de académicos. Según el presidente de SPME, Ed Beck, 'este boicot ofende a la gente justa y tolerante de todo el espectro político'.
 
La moción de boicot de la NATHFE fue aprobada por una votación de 106 a 71, con 21 abstenciones. Esto es una cifra muy reducida, y puede que hablen por una minoría de académicos de mente obsesivamente similar. Además, la próxima semana, la NATHFE se disuelve y se fusiona con otro sindicato británico (AUT). En ese momento, este boicot ya no 'cuenta' legalmente.
 
Cuenta como una victoria propagandística en favor de la intolerancia, no obstante. Y apacigua al islamismo y empuja a Europa un paso más cerca de convertirse en Eurabia -- lo que pone en peligro tanto a América como a Israel.
 
La Dr. Phyllis Chesler es profesor emérito de Psicología y Estudios de a Mujer y psicoterapeuta. Ha dado conferencias y organizado campañas de derechos humanos, política, religiosas y legales en Estados Unidos, Canadá, Europa, Oriente Medio y Extremo Oriente. Es co-fundadora de la Association for Women in Psychology (1969), la Red de Saludo de la The National Women (1974) y es miembro del Women's Forum (197 -74). Ha escrito literalmente miles de artículos y escrito trece libros entre los que destacan La muerte del feminismo, Madres a juicio, Acerca de los hombres y El nuevo antisemitismo.  
 
Nota

 
[1] Institución filantrópica fundada en 1936 en Michigan por Henry Ford y su hijo Edsel, que lleva lustros en el ojo de la polémica. En 1948 por ejemplo, se descubrió que la fundación conocía ya, y se lucró de, los trabajos forzados a los que los judíos eran obligados por los Nazis para Daimler-Benz. Más recientemente, numerosas ONGs han venido denunciando que ya desde los 80, la fundación ha venido practicando una política de acoso y derribo contra las organizaciones gubernamentales que no denuncian las políticas de libre mercado o que no practiquen la doctrina de la antiglobalización.