Antes de votar, leer el programa para la sociedad socialista: unas primeras notas sobre el programa del PSOE

por Lourdes López Nieto, 6 de marzo de 2008

Resulta penoso comprobar como durante las campañas electorales sean pocos los votantes que lean los programas electorales de los partidos. Tampoco se utilizan en los debates entre candidatos y sin embargo, se trata de un compromiso por escrito, que al menos ofrece rasgos esenciales de las principales ideas y proyectos. He aquí unas primeras notas del programa de gobierno socialista, que sirven de ejemplo de algunos de sus objetivos, en lo que concierne al control de los ciudadanos por el estado. Es menester recordar como el actual presidente de gobierno ha cumplido muchas de las iniciativas incluidas en el anterior texto.
 
El programa de gobierno socialista es un compendio de propuestas extraídas del socialismo tradicional y del comunismo, presentado bajo ropajes actuales en forma de buenismo y multiculturalismo, término este último, que por cierto no aparece en las más de 300 páginas, aunque si el contenido del mismo, que ahora ocultan, al haber sido criticado. Los rasgos definitorios que M. Porta Perales (Papeles de FAES nº 65, www.faes.org) otorga al actual socialismo español se encuentran perfectamente recogidos en el citado texto, que corrige y amplía el presentado en 2004 y que a su vez se nutre de la declaración realizada por el último XXII congreso de la Internacional Socialista (www.is.org).
 
Los elementos buenistas están presentes en la práctica totalidad  del programa al identificar los nuevos proletarios en las mujeres y jóvenes, como grupos significativos, junto a otros minoritarios (discapacitados (págs. 68 a 73),  gitanos (págs. 75 - 78 con la creación del consejo estatal del pueblo gitano, el instituto de la cultura gitana, centro de documentación y el mueso del pueblo gitano, biblioteca romaní…) a quienes identifica como objeto de su intervencionismo y regulación para integrarlos en un proceso de dependencia pública.
 
La dependencia del estado se inicia en los centros educativos (“Desarrollar nuevos programas para que estén abiertos desde las 7,30h a las 20,00h durante once meses al año, de lunes a viernes”, pág. 80). Se les dota de una “carta estatal de derechos  de niños y niñas” (pág. 90) que establece “el derecho a ser escuchados y tenidos en cuenta en los temas que les afecten”. Continúa cuando son jóvenes y becados (se aspira a que lo esté el 80%) quienes durante la enseñanza obligatoria serán “educados” en modelo analizado de forma magistral por A. Delibes en el nº 66 de papeles de FAES). Además se les regulará por medio de un acuerdo con ellos y los ”agentes sociales, el ocio, el tiempo libre y el consumo” (pág. 91). Simultáneamente se les “educará para la salud…, estilos de vida saludables…, en salud sexual y reproductiva” (págs. 54 y 55).
 
Cuando crecen a través de la “red de oficinas de emancipación joven” se les asesorará en materia de empleo, vivienda… (pág. 88), cuyo acceso se facilitará gracias alojamientos específicos para “colectivos específicos, universitarios y jóvenes, mujeres víctimas de violencia de género y mayores de 65, de tamaños adecuados a sus necesidades y con espacios comunes…” (pág. 84).
 
En este escenario, esperemos que imaginario que retrotrae sin apenas disimulo al ingente e intervencionista estado socialista, la vida del joven emancipado continúa recibiendo ayudas públicas si constituye una “familia monoparental, acogedora, pareja de hecho, con personas discapacitadas a cargo o con riesgo de exclusión” (pág. 81), grupo en el que también incluye a las ¡familias numerosas¡. Si deciden tener hijos, “los cursos de preparación al parto  se habrán transformado en cursos de preparación a la maternidad y paternidad” (pág. 55). Por supuesto gracias a que “potenciarán la NAOS (nutrición, actividad física contra la obesidad y por la salud) y a una  ley de la salud, seguridad alimentaria y nutrición que fortalezca el control de todos los riesgos a través de toda la cadena alimentaria, desde la granja hasta la mesa” (pág. 59), de modo que el estado seguirá protegiendo a “la ciudadanía” y a los diversos “colectivos”, términos que utilizan para identificar a sus “protegidos”.
 
Por supuesto habrán sido “educados” en muy diversas materias ajenas a las tradicionalmente incluidas en los campos científicos y humanístico, pero tendrán trabajo, vivienda y dispondrán de muchos otros recursos sociales. El estado, bueno habrá políticas públicas que proveerán y fomentarán la formación y aprendizaje a lo largo de la vida” (pág. 139) y que incluye la “formación de madres y padres” a través de la creación estructuras estables (pág. 148).
 
Además paralelamente a los “nuevos derechos” de los niños, jóvenes, podrán “co-decidir en todas las políticas que les afectan” (pág. 89), directamente en los centros escolares y después a través de foros diversos (salud, (pág. 62), virtuales (pág. 229) municipales (pág. 270)) en el marco de diversas regulaciones dirigidas a incentivar la participación de los diversos “colectivos” (pág. 228), que de esta forma tratan de gobernar, cuando han perdido las elecciones.