Afganistán. ¿Va bien o va mal?

por GEES, 20 de julio de 2011

El general Petraeus ha pasado el testigo de la guerra de Afganistán el general John Allen. Deja atrás un país sacudido por una profunda inestabilidad política, y con unas novatas fuerzas de seguridad que luchan contra una debilitada insurgencia que sigue matando.
 
El general Allen ya ha empezado a sufrir las primeras dificultades de su cargo. El día de su toma de posesión, tres soldados de la OTAN morían, mientras en Kabul se rendía tributo a la segunda figura política de relevancia asesinada en menos de una semana.
 
Debe hacerse cargo de una misión que ha empezado su cuenta atrás por decisión de Obama. Sin embargo hay razones para creer que la estrategia de contrainsurgencia podía funcionar. Las evaluaciones de Estados Unidos y de la OTAN indican que talibanes e insurgentes han ido perdiendo el control de varios territorios.
 
Sí, hay una tremenda desconexión entre occidente y Afganistán. En el primero se tiene la sensación de la guerra va muy mal, que Karzai es corrupto y que se mantiene en el poder de forma ilegítima. Por el contrario los afganos perciben que las cosas se están moviendo en la dirección adecuada. Según una reciente encuesta de la BBC, ABC news y ARD, los afganos se sienten mucho más a gusto con sus vidas ahora que hace un año, y han aumentado su confianza con respecto al futuro. También han recuperado cierta confianza en Karzai, los talibanes son cada vez más impopulares, y la actitud ante las tropas extranjeras se ha suavizado con más de dos terceras partes apoyando la presencia de las tropas norteamericanas. Un 81% afirma que los Estados Unidos hicieron lo correcto al derribar al régimen talibán en 2001.
 
Las buenas perspectivas económicas y la mejora de las condiciones de vida explican parte de los resultados. El 55% de los afganos tiene ahora electricidad mientras que en 2009 no superaba el 19%; el 41% dicen que las perspectivas de trabajo son buenas o muy buenas mientras que hace un año era sólo del 29%; y un 59% tiene teléfono móvil con respecto al 31% en 2005. Además, bajo los talibanes 900.000 niños y ninguna niña iban al colegio; en 2010 más de siete millones de niños están matriculados y un 37% son niñas; la mortalidad infantil ha descendido un 22%.
 
Claro que quedan muchos problemas y que hay enormes dificultades. Pero lo único que transciende en occidente son las cifras de Naciones Unidas que advierte de un creciente número de víctimas civiles en los últimos seis meses. Que los ataques contra las fuerzas aliadas hayan disminuido en los últimos tres meses con respecto al mismo periodo el año pasado, parece mucho menos relevante.
 
A la espera de ver las graves consecuencias del repliegue de tropas internacionales, lo que queda claro es que la guerra de la comunicación se perdió hace mucho. La guerra y la paz se pueden ganar allí...pero se están perdiendo aquí.