87 muertos en Afganistán: se dice pronto
por Hernando Cortés Monroy, 20 de noviembre de 2008
¿Incompetencia? ¿Incapacidad? Nada de nada y un poco de todo: en Defensa todo vale y nada es verdad. La seguridad nacional no le interesa a nadie, ni siquiera a los propios militares. Tras los últimos sucesos ocurridos en Afganistán, anticipados de antemano y previsibles totalmente por cualquiera que posea un mínimo de conocimientos militares generales, casi dan ganas de no hablar ni comentar nada. La paciencia tiene un límite y el hastío y la desgana hacen mella en cualquiera. Cuando se conocen los hechos y se llega a saber que la patrulla atacada estaba compuesta por BMR,s y VAMTAC,s no se puede concluir nada que no apunte a mirar inquisitivamente a los mandos superiores militares.
En Afganistán todo viene siendo un error acumulado por incapacidad e incompetencia persistentes. Desde el Yak-42, pasando por los helicópteros Cougar, a toda la retahíla de BMR,s destruidos, no ha habido más que prueba contumaz de incompetencia. A pesar de las bajas sufridas por el mismo motivo, a pesar de las advertencias, a pesar de las llamadas de auxilio y de las necesidades expuestas por diferentes mandos operativos, el BMR sigue siendo el medio esencial de transporte, patrulla y hasta combate de las fuerzas españolas destacadas en el exterior, como no podía ser de otro modo ya que sustituir un medio o adquirir un nuevo vehículo lleva su tiempo, Y más cuando además se pierde éste en subcontratar el vehículo a la que se considera industria nacional, para que los empresarios y comisionistas tengan su parte de la tarta. Está claro que la defensa no interesa. Pero sería deseable que tanto la cúpula militar como el Ministerio de Defensa mientan menos o, mejor dicho, no mientan nada y no engañen ni a los contribuyentes ni a los soldados que se destina al sacrificio. Lo malo es que todos los indicios apuntan a que la defensa tampoco interesa ya a los propios militares.
Por lo menos no le interesa a la llamada cúpula militar, ni a la gran masa de generales en activo -excesiva a todas luces para un país que es el que menos invierte en seguridad y defensa nacional de toda la OTAN, exceptuando quizás en términos absolutos a Portugal y Luxemburgo-, que solo hacen lo preciso de su deber para no perder su silla, y sin lugar a dudas, no le interesa al conjunto de la sociedad española, que, inconscientemente, no cree en amenazas ni conflictos, ni quiere que se la defienda de nada. Mientras no vayamos a mayores y todo lo más, no se pase de algún atentado aquí y otro allá, los españoles no tienen miedo de nada, y que se defienda el que tenga miedo, o sea el resto del mundo.
Cuando sustituir a los BMR,s va a suponer ya casi tres años -no habrá vehículos hasta 2010-, no se puede más que concluir que el Ejército no tiene interés -y el Ministerio menos-, al margen de la incapacidad contumaz demostrada por los órganos de adquisición, tanto del Ministerio como del Ejército, que siguen atados a sus torpes procedimientos de adquisición, atascados en obsoletos procesos burocráticos de contratación, que hacen imposible el suministro de los medios en tiempo útil, quizás a propósito. Es evidente que no cabe hablar más que de un fracaso total en el sistema de adquisiciones del material del Ejército de Tierra. Fracaso sin paliativos. ¿Dónde están los responsables? ¿Asistieron al funeral por los dos caídos en Afganistán?
No solo la actitud del Gobierno proclama el desinterés por la defensa, así a los cuatro vientos, sino también el de la oposición, como prueban no solo las manifestaciones pueriles de su dudoso líder actual, sino, sobre todo, por la conducta claramente incapaz en el Parlamento de sus portavoces, enfrascados en problemas menores o simplemente ausentes cuando se tratan los problemas esenciales de la Defensa.
Pero sobre todo es más reprobable, si cabe, la conducta vergonzosa de muchos altos mandos militares al servicio no de la nación, sino de los gobernantes de turno a los que deben sus ascensos y sus prebendas dignas más bien de actitudes caritativas y limosnas que de distinciones y privilegios merecidos, y que no alzan la voz ni exponen a los gobernantes la realidad preocupante de la defensa nacional.
¿Cómo puede entenderse, de otro modo, que el propio Jefe del Estado Mayor de la Defensa afirme, delante del Congreso, que en época de carestía, los servidores públicos deben ser los primeros en apretarse el cinturón? ¡Qué gesto tan hermoso! Pero, ¿acaso el JEMAD se ha rebajado el sueldo o prescindido de él? No, no nos engañemos, sus palabras sólo significan que, en época de carestía, acepta -y se resigna, ¡pobre!-, a que las Fuerzas Armadas estén peor equipadas, a que no se puedan cumplir muchas de las misiones establecidas por la propia Constitución, a que por negligencia puedan producirse bajas en cualquiera de los escenarios internacionales en los que los soldados españoles están presentes hoy en día, y en suma, a que la defensa nacional siga presentando unas vulnerabilidades del todo inaceptables. Hay que apretarse el cinturón, ¡qué le vamos a hacer! No hay duda de que la frasecita le ha garantizado ya al JEMAD su permanencia en el cargo los próximos cuatro años, y seguramente alguna nueva Gran Cruz. ¡Enhorabuena, mi General! Esperamos que la frasecita de apretarse el cinturón se la haya transmitido también el JEMAD a los familiares de los dos caídos recientemente en Afganistán.
Mientras tanto, el impulso de adquisición y puesta en servicio de MRAPs parece ir disipándose entre la propia incompetencia del Ejército de Tierra, la incapacidad de Santa Bárbara, que siempre tiene que estar presente por aquello de garantizar los puestos de trabajo de Andalucía -y los consiguientes votos cautivos del PSOE-, y los recortes presupuestarios que van a afectar a todos los programas de adquisición que deberían tener lugar en 2009.
En las zonas de operaciones, y en concreto en Afganistán, la decisión apresurada de dotar a los Lince recientemente adquiridos con ametralladoras MG3 de 7,62 mms a pesar de los reiterados informes y peticiones para que se les arme con ametralladoras pesadas de 12,70 mms -más potentes y con mayor alcance-, viene obligando a que se hagan patrullas mixtas de VAMTAC Rebeco y los nuevos Lince para poder contar con este armamento en las columnas, lo cual hace las columnas más débiles y vulnerables, cuando no se forman éstas como ha sido el caso ahora, en que la patrulla era, para mas INRI, a base de BMR,s y VAMTAC,s.
Dada la situación de Santa Bárbara Sistemas, ya advertida en repetidas situaciones, y al margen del problema presupuestario, no será posible contar con ningún MRAP RG-31 en las zonas de operaciones durante 2009. Por otra parte, es dudoso, a tenor de la experiencia del Lince, -que no ha podido ser desplegado a la zona de operaciones tras casi un año ya en España, habiendo permanecido los vehículos todo ese tiempo inactivos-, que el Ejército de Tierra pueda ser capaz de formar el personal necesario para su manejo, de preparar adecuadamente los vehículos y proporcionar el apoyo logístico necesario para proyectarlos al exterior a lo largo del año. Tendremos más caídos y sentidos funerales, que nadie se engañe, incluso a pesar de la orden de cero bajas dada desde el Ministerio y el JEMAD a las fuerzas, contraviniendo las órdenes que puedan recibir de su cadena operativa internacional, en la que están inscritos. ¿Ante esta situación, no sería mejor ya dejar de pertenecer a la OTAN, y al Eurocuerpo? Y a todas esas zarandajas militares que a nadie le importan en España. Seguro que el Presidente Zapatero lo está deseando.
Desde el Ministerio se miente cuando se dice que no se recortará en seguridad, y está claro que ello no es ninguna prioridad. Tanto en el Paseo de la Castellana como en Vitrubio están disfrazando la realidad hasta dejarla irreconocible. Eso sí, las reducciones aplicadas no afectan ni al Ministerio, ni a la Dirección General de Armamento y Material, ni a la DIGENPOL, ni a la flamante Dirección General de Estrategia y Seguridad -¿qué estrategia y qué seguridad puede haber cuando los soldados españoles siguen muriendo cada vez que son atacados?-, ni tampoco afecta a todos los proyectos de apertura de archivos documentales, de ley de la carrera militar, ni a la UME, por supuesto. ¿Sabe la Ministra lo qué significa estrategia? Por descontado que en esos niveles no se aprietan el cinturón. Están claras las prioridades.
Pero no hay que equivocarse, esta situación no preocupa a nadie. Faltan municiones, recursos, subsistencias, repuestos. Ningún general va a dimitir. Nada se va a discutir en el Parlamento. Con un Día de las Fuerzas Armadas para deleite y divertimento del alto funcionariado se salva la situación y se engaña a los bobos que quieren seguir aplaudiendo al magno artífice de la Alianza de Civilizaciones. El PP seguirá ausente, y para lo que hace más vale que así sea. Lo único que interesa de la defensa a la clase política es reanimar la división creada por la Ley de la Carrera Militar, potenciar la UME, disminuir la operatividad combativa de las unidades y acabar con unas Fuerzas Armadas ya de por si desunidas, como no puede ser de otra manera en la España actual que sigue navegando cada vez más escorada y con rumbo de colisión inminente. Hacia su cita con el Götterdämmerung! Alea jacta est.