2009

por Manuel Coma, 29 de diciembre de 2009

 

(Publicado en La Razón, 28 de diciembre de 2009)
 
Balance de un año y supuestamente de una década, si no fuera porque nunca existió el año cero. Pero partir del 00 o del 01 poco importa, este arranque del tercer milenio ha sido a escala mundial poco definitorio y bastante decepcionante. El acontecimiento de mayor enjundia de todo el período, el 11-S del 01, puso en primer plano el terrorismo jihadista y o el jihadismo terrorista, que seguirá con nosotros al menos en la próxima década y posiblemente más allá, algo novedoso y de la mayor importancia. Pero si en las primeras semanas afirmó el poderío americano y pareció corroborar las tendencias hacia la unipolaridad, es decir, la hegemonía americana, en seguida se puso en marcha una multifacética e informal coalición para contrarrestar el poderío de la hiperpotencia, que encontró su gran oportunidad en la deslegitimación de la guerra de Irak, así tuviera que pagar como precio moral la defensa de Sadam y la idealización como heroica resistencia del inhumano salvajismo de Al Qaida contra la mayoría chiíta iraquí. La guerra contra la guerra se anotó notables victorias en el terreno de la opinión, contribuyó eficazmente al cruel empantanamiento mesopotámico y consiguió mellar el poder americano y llevar a la Casa Blanca a un pacifista de izquierdas que repudia buena parte la tradición de su país y pide perdón por ella. Lo que no consiguió es alumbrar un sistema alternativo, pero sí avanzar en la preparación del terreno para uno menos basado en los valores democráticos y liberales y más del gusto de autoritarios y autócratas. 2009 es el año de Obama y de la crisis. Ésta no ha concluido. Los indicios de superación son esperanzadores pero frágiles. Aún no se puede trazar el balance de ganadores y perdedores, en términos relativos.